Carlsson prefiere un Gobierno minoritario en Suecia
El líder socialdemócrata, Ingvar Carlsson, seguirá la tradición histórica de su partido y con toda probabilidad formará un Gobierno minoritario, pero asegurándose los apoyos parlamentarios necesarios para sacar adelante lo que ha definido como una durísima política económica que su Gobierno llevará a cabo como único medio de salir de la recesión y preservar el Estado de bienestar social sueco. Para ello cuenta con 162 parlamentarios, 13 menos de la mayoría absoluta, según los resultados definitivos de las elecciones.A última hora de la tarde de ayer, sin embargo, Carlsson aún no descartaba la fórmula de la coalición, al asegurar que estaba manteniendo conversaciones con los liberales. Hoy tiene previsto reunirse de nuevo con la presidenta del Parlamento, Ingegerd Troedsson, para evacuar consultas. Constitucionalmente es el presidente de la Cámara quien llama a formar Gobierno al partido mayoritario.
Si a los escaños socialdemócratas se suman los del Partido de la Izquierda (ex comunistas), con 22 parlamentarios, y los verdes, que han sido la gran revelación y han arrasado al pasar de ningún diputado a 18, el bloque de izquierda en Suecia supera ampliamente la mayoría parlamentaria con un total de 202 (la cámara cuenta con 349 escaños), frente a los 147 de la anterior coalición de Gobierno conservadora o bloque burgués de Carl Bildt, quien ayer presentó formalmente su dimisión como primer ministro.
Bildt, reforzado
Bildt ha salido reforzado dentro de su propio partido (Moderado), que conserva el mismo número de escaños (80), mientras que el Partido del Centro obtiene 27 (tenía 31), los liberales pierden siete diputados y se quedan con 26, y los democristianos, los grandes derrotados de la coalición, pasan de 26 a 14 escaños (superaron tan sólo por un punto el mínimo del 4% requerido para tener representación parlamentaria).
Otro gran derrotado en toda la línea ha sido el partido populista Nueva Democracia, que durante los tres últimos años apoyó a la coalición de Gobierno en el Parlamento, y ha perdido sus 25 diputados. A los liberales les ha perjudicado el hecho de defender la continuidad de la coalición gubernamental y su ambigüedad previa a las votaciones de estar dispuestos a aliarse con los socialdemócratas.
El triunfo del Partido Socialdemócrata ha tenido un efecto inmediato en el mercado financiero de Estocolmo, y ayer la corona cayó en su cotización ante la perspectiva de un Gobierno minoritario o en coalición con ex comunistas y verdes, que se han ofrecido a Carlsson para entrar en el Gobierno. Ayer también los empresarios advertían contra una coalición de este tipo, ya que llevaría consigo políticas lesivas para sus intereses industriales. Los verdes quieren introducir leyes para la protección de la ecología, y esto significa que la industria tendría que hacer fuertes desembolsos.
Carlsson cree que los socialdemócratas podrán gobernar en solitario, dada la amplitud de su triunfo, si se considera que el reparto de escaños se hace en Suecia por el sistema proporcional. El 46,4% del voto obtenido es el mismo porcentaje que logró Olof Palme en las elecciones de 1982, cuando la crisis todavía estaba lejana, el Estado de bienestar aún no corría peligro y la sociedad se sentía segura y satisfecha con su modelo.
Hoy los tiempos son muy diferentes, pero el voto del domingo ha puesto de manifiesto la decisión rotunda de una mayoría del pueblo sueco de mantener a toda costa, y con las reformas necesarias, aunque sean duras, el Estado de bienestar que durante tantos años ha servido de colchón de seguridad a las familias suecas.
Carlsson se ha comprometido a salvarlo, pero también ha dicho que su programa electoral es muy claro: "Hemos recibido un amplio apoyo popular, y desde ahora digo que seguiré una política económica durísima, porque es la única manera de reducir el déficit y el paro que sufre este país y salvar el Estado de bienestar".
El líder socialdemócrata tiene por delante un nuevo desafío: lograr un sí mayoritario en el referéndum de adhesión a la Unión Europea, que se celebrará el próximo 13 de noviembre. "Ése será mi siguiente gol y trabajaré duro en ello después de formar Gobierno", dijo. "Hay muy buenas perspectivas de triunfo".
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