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Los encierros acumulan 50 denuncias por incumplimientos

La policía tiene 10 expedientes abiertos

El Consejo Regional de Protección Animal suma 50 denuncias en lo que va de año por incumplimientos del reglamento taurino. Y es más, la Jefatura Superior de Policía de Madrid, apartado de espectáculos taurinos, recibe durante agosto y sepdembre una media de seis solicitudes diarias de autorización de festejos taurinos. Entre todo este papeles ya hay abiertos 10 expedientes, según el inspector Pedro-Navas, "por asuntos serios, y en algunos casos, por maltrato a los animales, algo que no se daba desde hacía tiempo".

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Maltrato y cobardía

Domingo, el ganadero de Fuenlabrada, piensa en la escena y se ríe: un revoltijo de gente por el suelo -luego quedarían los relojes en el pavimento-, la vaquilla con medio cuerpo fuera de la talanquera y con los cuartos traseros dentro del recinto donde se corre el encierro, 400 metros que transitarán incansablemente dos toros y dos vaquillas, para diversión del público mañanero del viernes.Pero antes, unos bien dormidos y otros no, esperaron hora y media junto a las nuevas talanqueras (de metal, formadas por barras verticales lo suficientemente separadas para que un corredor abandone el recorrido colándose entre ellas) a que llegase el segundo encierro de las fiestas de Fuenlabrada (155.000 habitantes), con ambiente más cálido que el día anterior.

Dos toros y dos vaquillas fueron soltándose uno a uno, y en eso ocurrió el percance de la vaquilla curiosa, que fue devuelta a su medio a base de tirones de rabo mientras cundía el pánico y se organizaba una avalancha. Cuatro personas acabaron en la enfermería por ser golpeados por los toros. Uno de ellos, Juan B., vecino de Fuenlabrada, fue trasladado al hospital Severo Ochoa de Leganés. con traumatismo costal y contusión hepática, según señalaron los facultativos del centro, informa Luis Fernando Durán.

El año pasado, las peñas taurinas se negaron a variar el recorrido y las talanqueras eran de madera, con un entramado en forma de reja por el que resultaba imposible colarse para huir. Un niño, fue embestido por un toro y lo salvó que su padre se interpusiera entre el astado y el chaval. Así que este año el Ayuntamiento se ha gastado 22 millones de pesetas en el estaribel, ha cambiado el recorrido, regalando a los aficionados 200 metros más, y en vez de 10 dobladores, 20 hombres estaban al quite para ayudar a sus convecinos.

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El toro embolado (se denomina así al encierro en una plaza en el que el astado lleva dos bolas de fuego en los cuernos) es uno de los festejos que no autoriza el reglamento de espectáculos taurinos, aprobado en un real decreto de 1992, donde "se prohíbe que las astas de los toros pongan en peligro a las personas y las cosas", según explica Navas. Su supresión ha causado incidentes violentos en municipios como Colmenar de Oreja (5.300 habitantes), pero las autoridades se mantienen firmes.

Muchos encierros

El encierro es el festejo que se realiza en más municipios, prácticamente en todos los que celebran sus fiestas en verano. Los toros se sueltan todos a la vez, en San Sebastián de los Reyes (conocida también como la Pamplona chica) por ejemplo, o de uno en uno, como en Torres de la Alameda. Esta temporada ha habido al menos 14 heridos graves y 21 leves, teniendo en cuenta que falta la mitad de septiembre, el mes grande de las fiestas en la Comunidad.

Según el inspector Pedro Navas, el policía que lleva el negociado taurino en la Jefatura Superior de Policía, "no está prohibido soltar los toros de uno en uno, y no es cierto que los encierros tengan una duración determinada".

Navas explicó que "el exceso de duración del encierro se sanciona por el maltrato y sufrimiento que supone para los animales". ¿Y cuál se considera efectivo? "Nos atenemos al informe que haga el Cuerpo Nacional de Policía o la Guardia Civil. Si me dicen: 'No, mire, es que un toro se volvió, se quedó rezagado y ya no hubo manera de meterle'., no pasa nada. Pero es que otras veces nos cuentan que cierran las puertas y no les dejan entrar; eso ya no es un encierro, es una suelta de reses por la vía pública", contesta.

El inspector añade que los encierros no existen como actividades autónomas: "Esas reses tienen que lidiarse después en un espectáculo autorizado", y "la instalación y su seguridad tienen que estar certificadas por un arquitecto". Para hacer un. buen encierro hay que contratar un director de lidia, es decir, un torero profesional que dirija a los dobladores quienes deben estar al quite para evitar heridas a sus convecinos.

El Consejo Regional de Protección Animal, que es una federación de asociaciones protectoras de animales, con 2.000 socios y con rango de entidad colaboradora de la Comunidad de Madrid, vigila y va a denunciar a 50 municipios, por incumplimientos del reglamento tauriño, ante la policía, la Delegación del Gobiemo -el delegado es quien firma las sanciones- y la Consejería de Agricultura y Cooperación de la Comunidad.

"Lo que no puede ser", decía el viernes Rosa Regás, su presidente, "es que se le corten las orejas a un animal vivo y le claven una especie de lanza, y eso ha ocurrido en Paracuellos del Jarama en mayo. Los encierros deben ser limpios y no durar más de ocho o diez minutos. No se puede cansar a un animal corriendo con él durante dos o tres horas. Siempre se le maltrata".

Otro experto taurino, el comisario Ramón Ferris (superior del inspector Navas en el negociado taurino), está de acuerdo con que los encierros duren unos minutos y no unas horas, ya que el peligro se multiplica.

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