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Rusia empieza a remontar la crisis

Pilar Bonet

Los primeros síntomas de que Rusia ha comenzado a remontar la crisis económica han llegado ya, según afirman las autoridades rusas en vísperas de la cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se celebrará en Madrid. Como síntomas de la recuperación, citan una incipiente alza de las inversiones extranjeras, el retorno de los capitales fugados, la reducción de la inflación (un 4% en agosto, el récord histórico desde enero de 1992) y el descenso de la tasa de refinanciación del Banco Central (del 210% al 130%).

Los expertos occidentales, sin embargo, son cautelosos, mientras el Gobierno ruso negocia en Moscú con una delegación del FMI las condiciones de un crédito de 4.000 millones de dólares (520.000 millones, de pesetas), que se añadirá al de 1.500 millones de dólares de la pasada primavera. "La estabilización de la economía rusa no está a la vuelta de la esquina, porque hay demasiados interrogantes por delante", afirma un veterano funcionario internacional, según el cual no hay pruebas del retorno de capitales tránsfugas ni de un incremento de inversiones a tono con la envergadura de este país riquísimo en materias primas.La lucha por la propiedad de las empresas ha emergido en toda su virulencia con la segunda fase de la privatización de los bienes del Estado, donde las acciones se compran con dinero y no con los cheques especiales repartidos entre los ciudadanos rusos. El joven mercado de valores, impulsado por la segunda fase de la privatización, es cada vez más dinámico y no ha acusado la influencia de los escándalos financieros de fondos-pirámide. A este dinamismo contribuye, al parecer, el ahorro de la población que, según el jefe del Comité Estatal de Privatización, Anatoli Chubáis, ha pasado de 4,8 billones de rublos en enero de 1994 hasta 14,6 billones en julio.

Rusia podría incluso utilizar acciones de las empresas privatizadas para refinanciar su deuda exterior en el club de Londres y sus deudas bilaterales con los países de Europa del Este. La deuda exterior rusa es de más de 80.000 millones de dólares, de los cuales 28.000 millones vencen este año. El capital extranjero ha comenzado a invertir, del orden de 500 millones de dólares en el sector privatizado, según Chubáis, que perteneció al equipo con el que Yegor Gaidar inició la reforma económica en 1992. Globalmente, los expertos del ministerio de Economía pronostican una inversión de capital extranjero de 1.500 millones de dólares en 1094, cifra que queda muy por debajo de los 10.000 millones de dólares que, según los expertos, Rusia necesita ya.

"La inversión extranjera no será un factor determinante en el futuro próximo. Tiene que haber una inversión de capital local mediante la repatriación de los miles de millones de dólares que están en el extranjero", señala un experto occidental. Una gran parte de la inversión extranjera en Rusia, señala, es de naturaleza especulativa y viene atraida por las altos beneficios que compensan los grandes riesgos. El peso específico de las empresas

con capital extranjero, según el diario Ekonomícheskaia Gazeta, equivale al 2,5% de la producción industrial del país.

Anatoli Chubáis asegura que la repatriación de capitales rusos ha comenzado, pero no ha avala do con cifras esta afirmación.

Los analista divergen sobre la cuantía de los capitales rusos de positados en cuentas bancarias en el exterior (hasta 100.000 mi llones de dólares, según algunas estimaciones) y también valoran de forma diferente el efecto de este fenómeno, ya que algunos de los capitales autoexiliados, a salvo de las mafias y de la policía de impuestos, trabajan a su manera para la economía rusa. La evasión de capitales supone entre 1.000 millones y 2.000 millones de dólares al mes, según decía a Ekonomicheskaia Gazeta el res ponsable de la Lucha contra la Delincuencia Económica del Mi nisterio del Interior, general V. Saltagánov.

La inestabilidad social a gran, escala que algunos pronosticaban no ha llegado a Rusia. En parte, por la paciencia proverbial del pueblo ruso y en parte porque el Gobierno ha dilatado, la agonía de las industrias en crisis a base de la concesión de subsidios cada vez que el estallido social parece inminente.

El juego de las estadísticas

Para infundir optimismo a la población, el Gobierno ruso ha comenzado a jugar con las estadísticas, lo que le ha permitido afirmar pomposamente que el descenso de la producción industrial se ha detenido. El truco detrás de esta afirmación está en comparar las cifras mes a mes en lugar de hacerlo por anos o por largos penodos de tiempo, según ha denunciado el economista Andréi Illariónov.Amparándose en la estabilidad de la producción industrial durante los meses de junio, julio y agosto, el jefe del Gobierno, Víctor Chernornyrdin, ha asegurado que la caída se había detenido. Sin embargo, la producción industrial descendió un25,8% en los primeros 7 meses de 1994 en relación al mismo periodo del año anterior, señala Illariónov en el diario Izvestia. El descenso de la producción industrial fue de un 18,8% en 1992, y de un 16,2% en 1993.

Según las estadísticas, la pobreza ha disminuido en Rusia, ya que el porcentaje de población que vive con ingresos inferioresal meses vital ha pasado de un 24,4% en 1993 a un 13,9/1o durante el segundo trimestre de este año. La transición en Rusia tal vez dure más que -en otros países de Europa Central, pero sus perspectivas económicas son mejores que en otros países ex soviéticos, dadas las riquezas naturales quedan una posición privilegiada a Moscú.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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