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La Unión Europea certifica el fin de la recesión

Xavier Vidal-Folch

"Todos hemos estado de acuerdo: la recuperación económica se consolida en toda la Unión Europea". Con estas palabras de uno de los ministros asistentes a la reunión del Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin) de la Unión Europea (UE), que con carácter informal se reúne este fin de semana a orillas del lago Constanza, la Europa comunitaria solemnizaba el certificado de defunción de la etapa recesiva y el del nacimiento de la expansión. Pero ésta es todavía una criatura sujeta a la acechanza de numerosos virus los altos tipos de interés a largo plazo, las desviaciones presupuestarias y la inflación son los principales peligros que pueden interrumpir el crecimiento económico sostenido.

El Ecofin confirmó la previsión del crecimiento europeo para este año, superior al 2%, hecha pública por el comisario de Economía, Henning Cristophersen, apoyada por las nuevas previsiones de los distintos países, sobre todo de Alemania, que según los expertos llegará este año al 3% y puede rozar el 3,5% en 1995. Junto al crecimiento mejoran las realidades y expectativas de otros grandes indicadores. La inflación anual media ha pasado al 3% de julio de 1993 a igual mes de 1994, frente al 3,5% del período anterior. Y el paro, según Cialculan la Comisión y el Ecofin, descenderá a final de año al 11%, frente al 11, 5% del año pasado.El optimismo general que surge de los últimos datos y previsiones económicas, sin embargo, no es desbordante. Lo que preocupa ahora es cómo mantener ese crecimiento. Hubo consenso general en Lindau en que los tipos de interés a largo, una inflación asociada a ese crecimiento y los déficit públicos constituyen los elementos que pueden estrangular la senda del crecimiento.

Tanto el comisario de Economía, Henning Christophersen, como. el presidente del Instituto Monetario Europeo, Alexandre Lainfalussy ambos presentes en la reunión de los ministros y gobernadores de bancos centrales coincidieron en su análisis. "Los márgenes que nos ofrece el crecimiento actual debemos dedicarlos a consolidar la situación presupuestaria", indicaron, "y de ninguna manera reincidir en los mismos errores en que caímos a finales de los años ochenta", con políticas laxas. El alto nivel de los tipos de interés, las disparidades de los mismos entre los Doce y el diferencial de la media europea con los de Estados Unidos se atribuyó genéricamente a los déficit presupuestarios excesivos, esa pesada herencia de la recesión y actual gran caballo de batalla de la política económica.

El presidente del IME presentó un estudio sobre el comportamiento de los tipos de interés a largo entre enero y agosto.

El trabajo concluye en la existencia de tres grupos de países. El primer grupo incluye a los que han registrado aumentos inferiores al 20%: Japón, EE UU, Alemania, Francia, Holanda y Bélgica. El segundo comprende a los que han visto crecer sus tipos a largo entre el 2% y el 3% (Reino Unido, Irlanda y Dinamarca). El grupo de cola agrupa a quienes han visto encarecer el dinero a un ritmo superior al 3%: Suecia, Portugal, España e Italia.

"Es un problema de confianza", comentó el ministro español, Pedro Solbes. "En la medida en que el mercado perciba que el déficit baja, y es cierto que está bajando, y capte el mensaje del Presupuesto como un presupuesto restrictivo, podremos acercarnos a los tipos alemanes".

El mejor o peor comportamiento de los distintos grupos ha dependido, según el estudio del IME, de la inflación de los últimos diez años. "Los mercados", manifestó el presidente del Bundesbank, Hans Tietinayer, "tienen memoria de elefante" Otros dos factores han sido la calidad de las medidas antidéficit presupuestario previstas por cada país para este ejercicio y a la mayor o menor estabilidad de la moneda nacional.

La conclusión era automática: continuar la lucha contra la inflación como prioridad. Solbes vaticinó un buen resultado de agosto y reiteró su convencimiento de que el IPC puede descender hacía el 3,5% este año. Pero recordó que "si en España hemos hecho un gran esfuerzo para bajar la inflación, también lo han hecho otros países", por lo que se requiere proseguir con la moderación salarial -hasta hoy, de "resultados bastante correctos"- y las reformas estructurales.

Junto a la lucha contra los precios, las otras recetas fueron acelerar el descenso de los déficit y mantener la estabilidad cambiaña. Todos se felicitaron por la estabilidad conseguida este año, merced a una banda de fluctuación del 15%, que contrasta con las turbulencias monetarias del pasado ejercicio. Asinúsino se acordó que no es necesario volver a las bandas estrechas del SME para cumplir la condición de "estabilidad cambiaría" impuesta en Maastricht como condición para pasar a la moneda única. Un documento del IME solemnizará este acuerdo. Queda pendiente determinar definitivamente el baremo de oscilación para aprobar el comportamiento estable de cada moneda. Tietmayer sorprendió a todos afirmando que "existe todavía un margen para el descenso de los tipos de interés".

Déficit excesivo

La Comisión Europea se comprometió ayer ante el Consejo de Ministros de Economía a acelerar su calendario de trabajos en el llamado procedimiento contra los déficit excesivos de los países miembros, que deben culminar en un apremio -y posibles sanciones posteriores- a quienes incumplen el tope del 3% en el déficit de sus Administraciones públicas y el del 60% de su deuda total, impuestos en Maastricht como condición para pasar a la moneda única. La Comisión tenía plazo hasta final de año para emitir su dictamen y la posterior recomendación de objetivos que cada Estado debería aplicar. Pero ante la inmensa preocupación de que los déficit estrangulen el actual crecimiento, Christophersen se ha comprometido a presentar su opinión ante el Ecofin del próximo día 19, y a efectuar sus recomendaciones en el del 10 de octubre. Tampoco ayer Irlanda quedó definitivamente librada de la amenaza. Sólo Luxemburgo cumple todas las condiciones. Y Alemania se aproxima, con un déficit del 3,1%, que probablemente bajará del 3% a final de año. La mayoría del Consejo flexibilizó su postura, al interpretar que la reválida de Maastricht puede aprobarse con una simple pero consistente aproximación.

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