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ECOLOGÍA

Termina con éxito el primer sellado de las grietas del "Komsomolets"

La primera y complicada expedición rusa para sellar el submarino atómico Komsomolets, hundido en el océano a 300 kilómetros de la costa de Noruega, y evitar la fuga de material radiactivo ha terminado con éxito. Anatoly Sagale vitch, jefe del equipo encargado de la operación, desarrollada entre junio y finales de agosto, confirmó el miércoles que todo había salido bien. La principal dificultad de los trabajos radicaba en que el submarino se encuentra a casi 2.000 metros de profundidad.

El Komsomolets se hundió en el océano Atlántico hace cinco años con un reactor nuclear y dos torpedos con cabezas nucleares. Este innovador submarino fue uno de los secretos mejor guardados por la URSS durante la guerra fría. Según diversos científicos, la corrosión de las aguas hacía temer seriamente un escape en pocos años de plutonio, cesio u otro material radiactivo. En junio comenzó la primera fase de la operación de sellado para tapar nueve grietas del submarino, que terminó hace dos semanas con éxito. El próximo verano se completarán los trabajos en una segunda fase, para tapar un socavón que tiene el tamaño aproximado de luna puerta de garage. "Es la primera vez que se acomete en el mundo una operación así", dijo Sagalevitch. "La siguiente fase necesita una preparación muy muy grande". Reconoció que aún estaba sin definir la técnica del próximo sellado.Los trabajos se han llevado a cabo con dos pequeños submarinos equipados con la más vanguardista tecnología en cámaras, sensores y robots. Los sellos aplicados están hechos de caucho y titanio. Seis de las grietas estaban situadas en los tubos de los propios torpedos; las otras tres, en el casco del submarino, que se produjeron a raíz del incendio y posterior hundimiento. Los sellos de los tubos tienen casi dos metros de diámetro.

Sagalevitch indicó que también realizaron un muestreo para comprobar si había niveles anormales de radiactividad en el entorno del submarino, sin encontrar nada extraño.

El oceanógrafo Charles D. Hollister, que está supervisando las labores, comentó: "Están haciendo un trabajo increíble. Al trabajar a esa profundidad y en esas terribles condiciones, están aprendiendo muchas cosas qué nos pueden servir mucho en el futuro".

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