El primer ministro irlandés recibe en Dublín al líder del Sinn Fein en una cita histórica

El Gobierno de Dublín ha tomado definitivamente la iniciativa en esta fase previa para sentar las bases de un proceso de paz en Irlanda del Norte. Mientras Londres se mantiene a la espera de que el Sinn Fein, la rama política del IRA, ofrezca más garantías de que el alto el fuego anunciado por esta organización es permanente, el primer ministro irlandés, Albert Reynolds, rompió ayer un hielo histórico al recibir en Dublín, por primera vez con el tratamiento de un político constitucional, al presidente del Sinn Fein y líder político del IRA, Gerry Adams.

El encuentro, calificado de "histórico" por ambos líderes republicanos irlandeses, forma parte de los contactos auspiciados por Reynolds entre políticos de ambos lados de la frontera que separa a la República de Irlanda de Irlanda del Norte para preparar el futuro Forum por la Paz y la Reconciliación en Irlanda, que se celebrará en octubre en Dublín, la capital de la República.Tras una reunión de hora y media, en la que estuvo también presente el líder del mayor partido católico de Irlanda del Norte, John Hume, los tres políticos leyeron ante el edificio del Gobierno irlandés una breve declaración en la que señalan su compromiso de resolver los problemas de Irlanda por "métodos pacíficos y democráticos", en lo que constituye, "el comienzo de una nueva era", para el futuro del país.

Una nueva era

Reynolds y Adams coincidieron en señalar que el encuentro servirá para poner fin "a un antiguo conflicto", y, según Adams, "llegar a una paz duradera".

El gesto de Reynolds ha provocado la indignación de los unionistas del Ulster, especialmente la del líder radical protestante lan Paisley, que anoche fue recibido por el primer ministro británico, John Major, para mantener conversaciones sobre el proceso de paz. La entrevista fue suspendida abruptamente por Major cuando Paisley se negó a aceptar su palabra, según explicó el ministro británico para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew. El propio Paisley confirmó su expulsión de Downing Street. Según el reverendo radical Major le dijo: "Fuera de esta habitación. No vuelvas hasta que estés preparado para decir que digo la verdad y que no cuento mentiras".

Gerry Adams, en un tono cada vez más conciliador, tendió ayer la mano a Paisley, su enemigo más visceral, y dijo estar dispuesto a entrevistarse con él "aunque no fuera durante más de cinco minutos".

La sintonía que mantienen los nacionalistas católicos del Ulster con el Gobierno irlandés contrasta con la diferencia de posiciones que parecen apuntarse cada vez más claramente entre Londres y Dublín. La reunión, mantenida el lunes hasta pasada la medianoche entre Patrick Mayhew, y el ministro de Exteriores de Irlanda, Dick Springs, para intentar acercar posturas en torno a la aceptación del alto el fuego decretado el 31 de agosto por el IRA, se saldó con un notable fracaso.

Downing Street exige más pruebas de que el IRA va en serio y el alto el fuego es para siempre antes de aceptar que la cuenta atrás del proceso de paz se ha iniciado. Cierto que la posición del Gobierno británico en el Ulster es mucho más comprometida que la del irlandés, pero aun así las reticencias del Gobierno de John Major provocaron ayer nuevos comentarios críticos de John Hume.

También Gerry Adams reclamó del primer ministro John Major un gesto de valor que permita hacer avanzar cuanto antes el proceso.