Christopher dice que EE UU responderá de manera equilibrada si Cuba "se mueve hacia la democracia"
El Gobierno estadounidense esconde el bastón y la zanahoria a Cuba. Con el presidente Clinton de vacaciones, el secretario de Estado, Warren Christopher, cambia por completo el tono y trata de tranquilizar el juego de la política dura hacia Cuba, que ha recibido serias críticas de demócratas y republicanos. "Si Castro se mueve hacia la democracia de una manera tangible y significativa, responderemos de forma cuidadosamente calibrada", fue la valoración del secretario de Estado, que aclaró sus declaraciones a la CBS en las que aseguró que Estados Unidos no busca el derrocamiento de Castro, sino el cambio democrático y pacifico en Cuba.
El secretario de Estado corrigió también de manera ostensible el audaz globo-sonda lanzado el pasado fin de semana por Leon Panetta, jefe de Gabinete del presidente Clinton, quien esgrimió la posibilidad del bloqueo naval. "No estamos a favor de un bloqueo ahora mismo. Es algo que no se contempla. Queremos un cambio pacífico. Un bloqueo puede llevar a una confrontación. Es un acto de guerra, indeseable e innecesario en estos momentos".Warren Christopher no bajó la guardia, de todas formas, ni dio alas al Gobierno cubano en cuanto al alcance de las conversaciones sobre emigración, que se celebrarán en Nueva York a partir del próximo jueves, según confirmó un portavoz del Departamento de Estado. El objetivo de estas negociaciones, que se celebran desde 1984, es ordenar y quizás ampliar la salida legal de cubanos a Estados Unidos.
En el estrecho de Florida, la vuelta del buen tiempo no supuso ayer la reanudación de la avalancha de refugiados. El domingo fueron recogidos sólo 84, y a mediodía de ayer, el Servicio de Guardacostas informó de que había detectado alrededor de cien balseros.
Mientras, las autoridades cubanas comenzaron a aplicar ayer las medidas adoptadas el domingo por Fidel Castro, que, prohíben la salida de niños y adolescentes en balsas y otras embarcaciones de construcción casera con riesgo de zozobrar, una medida aplaudida por Estados Unidos. Tropas Guardafronteras y miembros del Ministerio del Interior recorrieron el domingo por la tarde y el lunes las playas de Guanabo, Santa María, Cojimar y otras zonas del litoral norte de la capital cubana, donde grupos de personas esperaban con la balsa al lado del mar a que pasase el mal tiempo para poner rumbo a Estados Unidos.
Los agentes del orden indagaban sobre quiénes se iban a ir en cada balsa, y advertían que no permitirían zarpar a menores. De todas formas, aunque todos fueran adultos, aconsejaban a los balseros que no se lanzasen al mar porque los riesgos eran muchos y además serían confinados en Guantánamo. Sin embargo, esto no parecía arredrara la gente, que ayer seguía construyendo balsas en la playa y en las calles de algunos pueblos costeros del este de La Habana.
Centenares de personas se congregaron el lunes por la mañana en la Embajada de México en La Habana tras el anuncio del Gobierno mexicano de que recibiría a todos los cubanos que tuviesen familia en ese país. Funcionarios de la Embajada mexicana explicaban que sólo serían atendidos los que pudiesen demostrar que tienen algún familiar en México.
Veinte ex presos políticos cubanos comenzaron ayer una huelga de hambre frente a la sección de intereses de Estados Unidos en Cuba, para presionar a las autoridades norteamericanas para que les concediesen el visado de emigrantes. Los huelguistas dijeron que llevan años a la espera del visado para viajar a Estados Unidos, que han estado en prisión en Cuba por intentar salir ilegalmente de isla y que lo único que quieren es salir legalmente.
Por otro lado, las compañías aéreas españolas que operan con Cuba han reducido de tres a uno los vuelos que realizaban a la zona turística de Varadero a partir de septiembre debido a la bajada de la demanda, informa desde Palma de Mallorca.
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