_
_
_
_

El Senado aprueba la ley anticrimen y da a Clinton una gran victoria política

El presidente Bill Clinton consiguió por fin una importante victoria, con trascendencia suficiente como para figurar en los grandes logros de la vida política de su país. La ley anticrimen aprobada por el Senado el jueves por la noche (madrugada de ayer en España) es el conjunto más serio de medidas legislativas dedicadas a luchar contra la violencia de las aprobadas por el Congreso. "Esta ley hará más segura la vida en cada barrio norteamericano", dijo el presidente.

Destacados dirigentes del Partido Republicano plantearon el pasado martes, en el comienzo del debate, obstáculos legales a la ley para bloquear un texto que, en su opinión, dedicaba demasiado dinero a programas sociales de prevención de la criminalidad. Después de su paso por la Cámara, este dinero ya había sido aligerado.La Asociación Nacional del Rifle (NRA), la potente máquina que actúa como grupo de presión en favor de la libertad de circulación y posesión de armas de fuego, luchó desesperadamente para que se eliminara la prohibición de 19 armas de asalto, pero todo fue inútil.

En la votación final -61 votos contra 38-, seis senadores republicanos se unieron a sus colegas demócratas y un demócrata abandonó las filas de su partido para votar contra la ley, que hubiera quedado bloqueada con un mínimo de 41 votos. Lo apurado de la batalla final obligó al vicepresidente, Al Gore, enyesado después de una operación del tendón de Aquiles, a estar al quite por si su voto era necesario.

El presidente Clinton, que ha batallado incansablemente en las dos últimas semanas para superar el bloqueo inicial en la Cámara de Representantes y el despliegue de artillería del Partido Republicano, rescató el marchito espíritu de su campaña electoral para asegurar que Ios agentes de policía ya no estarán amenazados por bandas y gángsters que tengan un acceso fácil a las mortíferas armas de asalto diseñadas sólo para la guerra". Recogiendo uno de los argumentos más queridos por los partidarios de la mano dura contra la delincuencia, Clinton dijo también: "Los criminales violentos van a aprender rápidamente que la puerta giratoria de las cárceles ha sido cerrada y bien atrancada".

Sabor agridulce

La victoria de Clinton tuvo, no obstante, un sabor agridulce. En la misma sesión que sirvió para aprobar la ley anticrimen, el Senado decidió dejar para septiembre el debate sobre la reforma del sector de la salud, otra de las piezas clave del programa de Clinton. Eso significa que se frustran los deseos de la Casa Blanca -especialmente de Hillary Clinton- de que este año se pueda aprobar la reforma, que además está quedando seriamente desnaturalizada a medida que las dos cámaras rebajan las previsiones iniciales.Las medidas aprobadas ayer permitirán dedicar 30.000 millones de dólares (3,9 billones de pesetas) en los próximos seis años a endurecer la lucha contra la delincuencia, aumentar las plantillas de la policía y construir más cárceles. La Casa Blanca había asumido varias propuestas que tradicionalmente defendían los republicanos, para elaborar un texto enérgico que amplía considerablemente la lista de delitos castigados con la pena de muerte e impone la cárcel de por vida para los que cometan por tercera vez ciertos crímenes.

"Es una ley bien construida, justa y dura, una ley adecuada para los norteamericanos", aseguró George Mitchell, líder de la mayoría demócrata en el Senado, frente a los que denunciaban que las medidas no castigan suficientemente el crimen y que su efecto será limitado, en la medida en que el 95% de los delitos registrados caen de hecho bajo jurisdicciones locales o de los Estados.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_