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La plaza encastillada

La plaza de Castilla cumple ya cuatro años y medio encastillada por vallas de obras. Y le quedan, por lo menos, otros 12 meses de almenas y escombros. Las primeras máquinas llegaron con Urbanor, la empresa de KIO (la oficina kuwaití de inversiones) que comenzó a construir las torres inclinadas de Puerta de Europa en 1990. A cambio de la licencia para construir sus dos edificios de 27 plantas, se comprometió a excavar un túnel subterráneo bajo la plaza (costó más de 5.500 millones de pesetas) y una multiestación de transportes.El paso bajo tierra se remató en un año, pero la estación quedó en agua de borrajas tras la suspensión de pagos de Urbanor, en diciembre de 1992. El Gobierno municipal consiguió hace un año cobrar el aval por 500 millones de pesetas que el Banco Central Hispano había otorgado a esa empresa.

Ahora ha comenzado la construcción de la multiestación Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), quien también ha conseguido que el Ayuntamiento de Madrid le adjudique la fuente central (82 mifiones de pesetas). FCC es, además, propietaria del 45% de las torres de KIO, vendidas en subasta en noviembre de 1993 por Produsa (empresa en la que participan, además de FCC, Cajamadrid, al 29,64%, Central Hispano, 22,36%, y Abengoa, 2,450/6). La multiestación y la fuente se terminarán, prevén los técnicos municipales, a principios de 1995.

Los dos colosos inclinados que dan la bienvenida a Madrid por el norte no tienen fecha de inauguración. El próximo 15 de septiembre se reunirá el consejo de administración de Produsapara decidir cuándo se reinician las obras de las dos torres. Los responsables calculan que la construcción de los edificios, de 103 metros de altura cada uno, necesitará un año para acabarse.

Tendrían que haberse rematado en 1992. Tras su subasta (se adjudicaron las torres por 16.500 millones de pesetas) se colocó en un día de 1995 el previsible fin de los trabajos y en febrero pasado el reinicio de los trabajos. Los trámites de adjudicación definitiva de las obras y los estudios sobre las necesidades de personal y material para acometerlas no están todavía finalizados.

Pero las varias no abandonarán las retinas de los madrileños hasta que se abra la avenida de Asturias, que enlazará el barrio del Pilar con la plaza de Castilla. El realojamiento de los habitantes del barrio de la Ventilla que ocupan esa vía lleva siete años de retraso.

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