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Reportaje:

Desahuciar peces

Cada día, once mil kilos de carpas son extraídos de la presa de Alarcón, al 2% de su capacidad, para conservar la salubridad del agua

Luis Barbero

Desde hace un mes, los vecinos de Alarcón (Cuenca) asisten diariamente a una estampa insólita en la meseta castellana. Tres barcos, pesqueros valencianos extraen miles de peces del embalse de la villa conquense con redes de arrastre, las mismas que enfrentan a los boniteros españoles del Cantábrico con los franceses y británicos. Aunque en Alarcón no hay abordajes- ni se rompen las redes a hachazos, la decisión de la Confederación Hidrográfica del Júcar, gestora del pantano, ha sido torpedeada dialécticamente desde las organizaciones. ecologistas a la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, pasando, por el PSOE y el Partido Popular.La presa de Alarcón tiene una capacidad para acoger 1.100 hectómetros cúbicos de agua, pero, en la actualidad, "tiene 30 hectómetros, es decir, está a poco más del 2%", señala Pedro Carmona, jefe de calidad de aguas y comisario de la Confederación.

En el embalse se hacinan 2.000 toneladas dé peces -un 90% de carpas, un 9% de barbos y el 1 %restante de distintas especies- ' que suman más de cuatro millones de ejemplares. "En julio aparecieron miles de peces muertos", comenta Carmona, "por lo qué decidimos, con asesoría científica, extraer una cantidad importante para que se mantenga la salubridad del agua".

Cada mañana, a las diez, varios camiones transitan por un camino pedregoso que el año pasado estaba cubierto por el agua. Unos, los menos, trasladan los peces desahuciados, a los pantanos de Maidevera y Mequinenza (Zaragoza), pertenecientes a la Confederación Hidrográfica del Ebro, en urnas climatizadas. Otros, la mayoría, transportan los peces a una fábrica de Madrid, donde se convierten en harina para alimentar, principalmente, a cerdos y gallinas.

Eduardo Vicente, miembro del Departamento de microbiología y ecología de la Universidad de Valencia, ha asesorado a la Confederación del Júcar en el proceso de extracción: "Cada día sacamos 12 toneladas, de las que se emplean como abono para animales y una para repoblar otros embalses. Cuando terminemos el trabajo habremos extraído poco más del 20% de los peces que hay en la presa".

Según Eduardo Vicente, "la medida es necesaria si se quiere conservar la calidad del agua". Agrega que "científicamente, el trasvase de peces es la mejor alternativa, y así los han entendido en Francia y Alemania, pioneros en esta experiencia".

Emiliano Mellado, ictiólogo,-especialista en peces- de la Universidad de Sevilla, selecciona a pie, del agua cada ejemplar extraído: "Es una burrada decir que aquí se sacrifican peces. Tiene que quedar claro que sólo hacemos esto, con las carpas. Cuando encontramos un barbo en las redes se lo ofrecemos a los vecinos o lo devolvemos al agua".

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Mellado comenta que las carpas, procedentes de China e introducidas en España por los Austrias para adornar los estanques reales, "se reproducen muy rápido, y en este embalse se benefician de los vertido! de Cuenca capital para desarrollarse". "Además, es un pez que la gente no come", esgrime, "sino que se pesca y se vuelve a tirar al agua".

Un afiliado de la Asociación Deportiva Pesquera de Madrid confirma esta declaración: "Llevo aquí dos horas y en este tiempo he pescado más de 50 carpas que he devuelto al pantano. Venimos aquí a hacer deporte porque hay muchos peces y nos viene muy bien para hacer concursos".

Por contra, Pablo, de Valencia, afirma: "Yo sí como las carpas. Están haciendo una matanza, pero si es por el bien del agua, adelante".

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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