El grupo de contacto refuerza las sanciones a Serbia antes de levantar el embargo de armas a los musulmanes

La paz en Bosnia-Herzegovina sigue sin estar al alcance de la mano. El castigo que los ministros de Asuntos Exteriores del grupo de contacto -integrado por Estados Unidos, Rusia, Alemania, Reino Unido y Francia- van a imponer a la díscola Serbia sólo sirve para reiterar las medidas adoptadas en ocasiones anteriores, que no han dado ningún resultado, aunque ofrecen una nueva oportunidad a los líderes de la denominada República Serbia de Bosnia "para que reconsideren su respuesta y proporcionen una aceptación clara" de la propuesta de paz. Si la respuesta de los serbobosnios sigue siendo negativa, ya se habla del inevitable levantamiento del embargo de armas a que están sometidos los musulmanes.

Según el comunicado hecho público al final de las cuatro horas de reunión celebrada ayer en la sede diplomática estadounidense ante la ONU en Ginebra, los ministros de Exteriores, que han vuelto a respaldar la integridad de las actuales fronteras reconocidas internacionalmente, de Bosnia-Herzegovina, se han puesto de acuerdo en proponer al Consejo de Seguridad, "lo antes posible", ampliar y reforzar las sanciones económicas contra Serbia (en particular sus intereses en el extranjero), vigilar más estrechamente las fronteras para que se cumplan tales sanciones y reforzar el actual estatuto de las denominadas áreas de seguridad. También se ha decidido extender las zonas de exclusión. En cada una de estas etapas se adoptarán medidas para garantizar la seguridad de las fuerzas de protección de las. Naciones Unidas.La necesidad de mantener la unidad del grupo de contacto no ha permitido que los ministros de Exteriores muestren mayor firmeza en la adopción de medidas más contundentes contra los serbios. De esta forma, una de las acciones que se barajaban al inicio de esta reunión, el levantamiento del embargo de armas contra Bosnia, será considerada más adelante y como uno de los "últimos resortes" de los que se eche mano si persiste la negativa serbia a aceptar la propuesta de división territorial del grupo de contacto: 51 % del territorio para la federación croata-musulmana y 49% para los serbios, que ahora ocupan militarmente el 70% de Bosnia-Herzegovina.

Derecho de defensa

El secretario de Estado estadounidense Warren Christopher amenazó con que si esta nueva fase sancionadora fracasa, Washington "Ievantará el embargo unilateralmente", para que los musulmanes bosnios puedan abastecerse de armas en el mercado. "El levantamiento del embargo de armas será inevitable pues sería muy dificil en el caso de que los serbios sigan rechazando el plan seguir negando a un pueblo su legítimo derecho a la defensa", insistió. Tanto el Congreso como el Senado norteamericanos han votado ya a favor del levantamiento del embargo. Cristopher, que parecía hablar tanto en nombre de su país como en el del grupo de contacto, estuvo muy taxativo: "No vamos a permitir la eternización del conflicto en los Balcanes".

Mayor indulgencia mostró con los serbios Andrei Kózirev, el ministro ruso de Exteriores. Kózirev insistió en la "unidad, preciosa en sí misma, firmeza y equilibrio de contención" imprescindibles para el grupo de contacto. "Tenemos que mostrar suficiente realismo para no dejar paso a las emociones".

Los ministros del grupo de contacto -que también han pedido el respeto del alto el fuego, el cese de los ataques y provocaciones en todo el territorio y el levantamiento del cerco de los últimos días a Sarajevo- no se han fijado aún un plazo para el cumplimiento de las propuestas aprobadas. Sin embargo, Cristopher señaló que se fijará una fecha en la próxima semana, y la resolución sobre las zonas de exclusión debería entrar en vigor antes de finales de agosto.

Los serbobosnios no parecían muy afectados por los mensajes de Ginebra. Un portavoz de Radovan Karadzic dijo que se estaban planteando la ruptura de negociaciones con las potencias.