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Los combates siguen mientras se negocia en Ginebra

Serbios y musulmanes bosnios continuaban ayer enzarzados en combates y escaramuzas mientras los países del grupo de contacto lanzaban amenazas verbales desde Ginebra. Mientras tanto, Sarajevo sólo cuenta con reservas de alimentos para una docena de días a causa del bloqueo impuesto por las tropas serbobosnias en las rutas azules, por donde las Naciones Unidas canalizan la llegada de la ayuda humanitaria.En las últimas 24 horas se han registrado intercambios de disparos de artillería en el enclave musulmán de Gorazde, al este de Bosnia, donde se llegaron a contabilizar 35 violaciones del alto el fuego. Un portavoz de las Naciones Unidas aseguró que los serbios estaban probando el funcionamiento de sus nuevos fusiles de asalto.

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La zona de exclusión de armas pesadas en torno a Gorazde, impuesta por un ultimátum de la OTAN el pasado 27 de abril, sufrió ayer al amanecer el impacto de una granada de mortero al suroeste de la ciudad.

Entretanto, los violentos combates librados el viernes en Bihac, en Bosnia noroccidental, entre las fuerzas gubernamentales bosnias y las unidades del líder secesionista musulmán Filcret Abdic se cobraron un centenar de víctimas y otros 500 soldados resultaron heridos, según informaron fuentes de los cascos azules.

Disparos contra el tranvía

Quatro pasajeros del único tranvía que circula de momento en Sarajevo resultaron heridos ayer por unos francotiradores presuntamente serbios, según fuentes hospitalarias. La agresión se produjo en las inmediaciones del hotel Holiday Inn, a unos doscientos metros de las líneas serbias.

El comandante Eric Chaperon, portavoz de las fuerzas pacificadoras de la ONU (Unprofor) en Sarajevo, aseguró ayer que en las 24 horas precedentes se habían producido 406 casos de violación de la tregua. Ayer mismo, otros tres civiles resultaron heridos en la ciudad al ser alcanzados por disparos de rifles con mira telescópica.

El miedo a pasar hambre ha vuelto a Sarajevo, después de que los serbios cerraran el miércoles la única vía de abastecimiento que permanecía abierta. Los precios de los alimentos han llegado a quintuplicarse y la población ha comenzado a acaparar víveres en sus casas.

Peter Kessler, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Sarajevo, advirtió ayer que las reservas de alimentos en la ciudad pueden durar entre 10 y 12 días. El Gobierno bosnio, por su parte, decidió fijar precio máximo para seis alimentos básicos.

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