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La izquierda europea usó el voto contra Jacques Santer para castigar a sus respectivos Gobiernos

El voto de castigo a Jacques Santer -quien obtuvo la confianza por sólo 22 votos de diferencia- emitido el jueves porlos diputados de la izquierda en el Parlamento Europeo no fue sólo un castigo para el candidato a la presidencia de la Comisión Europea o para los jefes de Estado o de Gobierno que encabezan los 12 países de la Unión Europea. Fue también un voto desde la oposición a los partidos en el Gobierno en cada uno de los Estados.

Los votos de castigo a Santer desde la izquierda vinieron sobre todo de los socialdemócratas alemanes, dé los laboristas británicos y de los socialistas y radicales de la izquierda francesa, pero también de los verdes de toda Europa y de los ex comunistas españoles, griegos y portugueses agrupados en Izquierda Unida Europea. Todos ellos tienen un elemento en común: están en la oposición en sus respectivos países.El principal objetivo del voto de los socialdemócratas alemanes, con la vista puesta en la política interna, ha sido intentar debilitar al canciller socialcristiano, Helmut Kohl, que en octubre debe afrontar unas elecciones generales. Kohl ha sido el principal impulsor de la candidatura de Santer como única, salida para abandonar el atolladero en el que se metió la UE después de que el primer ministro británico, John Major, utilizara el recurso del veto en la cumbre de Corfú.

Precisamente, este veto de Major ha sido uno de los grandes recursos utilizados por la presidenta del grupo socialista en la Eurocámara, Pauline Greene, que se preguntó por los beneficios obtenidos por el Reino Unido al utilizar el veto -una potestad a la que sólo se recurre para defender los intereses nacionales- frente al nombramiento de Dehaene.

También hubo votos opositores desde la derecha, pero fundamentalmente desde la extrema derecha francesa y desde el frente anti-Maastricht francés: el movimiento La, Otra Europa de Philippe de Villiers.

La izquierda también respondió a criterios de política interna en sus escasos apoyos a Santer. Es el caso de los españoles del PSOE y de los griegos del PASOK. También los socialistas portugueses apoyaron a Santer.

La derecha europea prescindió más de su condición parlamentaria nacional, volcándose en su apoyo al candidato conservador. La derecha gaullista y centrista francesa, los tories, los seguidores de Berlusconi, os socialcristianos alemanes, todos ellos en el poder, votaron sí. Pero también votaron afirmativamente diputados conservadores que están en la oposición, como los españoles del Partido Popular.

Ausencias notables

A la hora de votar se registraron notables ausencias, como la del líder de los socialistas españoles, Fernando Morán, que antes de la cumbre de Bruselas en la que los Doce designaron a Santer se había pronunciado a favor de retrasar la elección unas semanas en lugar de decidirse por un candidato de poco peso.

Morán intervino en el pleno para apoyar al primer ministro luxemburgués, pero se marchó del hemiciclo antes de realizarse la votación. Tampoco estuvo el presidente de Izquierda Unida, Alonso Puerta, quien no asistió al pleno por una urgencia familiar. Faltaron también el histórico agitador Daniel Cohn-Bendit -ahora alistado con los Verdes-, el poderoso editor de prensa, Robert Hersant -centro derecha francesa-, el hasta hace poco líder de los ex comunistas italianos Acchile Occhetto, la cabeza visible de los neofascistas italianos, Gianfranco Fini o el dirigente de los federalistas de la Liga Norte, Umberto Bossi.

Tres modelos de hacer política

Tres eurodiputados reflejan bien las novedades de esta legislatura del Parlamento Europeo. José María Mendiluce (43 años, Partido Socialista Europeo), con 15 años de trabajo en organizaciones no gubernamentales de ayuda humanitaria, representa la adaptación de un partido a una tendencia claramente a la baja entre los gobiernos europeos, pero que no por ello quiere renunciar a la que ha sido una de sus divisas de siempre: el internacionalismo y la preocupación por los desastres de las zonas más pobres del planeta.Mercedes de la Merced (34 años, Partido Popular Europeo) es un poco el símbolo de la nueva derecha española, cada vez más cerca del poder pero todavía inexperta en las lides de gobierno, que combina la inocencia con las rémoras del franquismo.

Elisabeth Schroedter (35 años, Verdes), tras 15 años de lucha clandestina contra el régimen comunista y por los derechos civiles, es el símbolo de la primera incorporación del este al Parlamento Europeo.

Todos ellos han respondido de forma escueta a un pequeño cuestionario común. 1. ¿Cuál es su objetivo prioritario como eurodiputado? 2. ¿Qué ha de ganar el Parlamento Europeo en la reforma institucional de 1996?

3. ¿Por qué existen los euroescépticos?

4. ¿Por qué los Doce han elegido a Santer?

JOSÉ MARíA MENDILÚCE

1. Aumentar la presencia del Parlamento Europeo en la política exterior y en los conflictos internacionales y su conciencia humanitaria ante casos como los de Bosnia y Ruanda.

2. Más competencias para legitimar aún más su acción política y que pueda hacer una política más agresiva, que conecte con el ciudadano.

3. Porque hay una crisis económica y social que provoca una tendencia aislacionista de las instituciones comunitarias alimentada por algunos Gobiern que quieren que que el ciudadano se aleje de la política comunitaria. Es una tendencia suicida porque la única alternativa posible a Europa es Europa.

4. Porque existe el veto y sólo ha sido posible elegir el mínimo común denominador, precisamente en un momento en que hay retos inmensos dentro y fuera de nuestras fronteras, como la Europa del Este o el sur.

MERCEDES DE LA MERCED

1. La defensa de las corporaciones locales en el movimiento europeo.

2. Una mayor participación y protagonismo del Parlamento y una cohesión de las tres instituciones.

3. Debería preguntárselo a ellos. Yo es la primera vez que entro en esto Parlamento y creo que no hay ninguna posibilidad de que cualquier Estado miembro funcione si no es unido en Europa.

4. Porque es el mejor candidato.

ELISABETH SCHROENER

1. Para contribuir a desarrollar una nueva estructura de desarrollo económico que se base en lo local y no en el actual sistema económico internacional.

2. Obtener más derechos democráticos, dar instrucciones e iniciativas a nivel legislativo. Tener una participación más activa en ciertas materias concretas, como la política agrícola.

3. Porque hay una política demasiado secreta, poco transparente. Habría que convertir la política europea en algo más accesible al público, que se dirija directamente al bienestar de los ciudadanos y los tenga más en cuenta.

4. Por la voluntad de los grandes Estados de dotarse de más medios para basarse en las políticas nacionales. Les conviene más un candidato débil, prudente, discreto, que no contraríe demasiado su voluntad de renacionalizar algunos temas, sobre todo los relacionados con el mercado único.

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