Yeltsin quiere hacer de Rusia una potencia no sólo en lo militar
El presidente ruso, Borís Yeltsin, señaló que la principal meta de las reformas es hacer que Rusia se convierta en un país desarrollado no sólo en la esfera militar, sino también en la esfera socioeconómica, adquiriendo paulatinamente un alto nivel de calidad de vida. Yeltsin, en una entrevista a la agencia Interfax, subrayó el éxito que significa para el Gobierno haber logrado disminuir la inflación y estabilizar su ritmo."Rusia debe ser una de las primeras no sólo por su potencial militar. Esta es una tarea que en el pasado cercana ya nos planteamos y conseguimos. Hoy nuestra meta es más amplia: paulatinamente conseguir un alto estándar de calidad de vida, de democracia y orden, de efectividad", dijo Yeltsin en la entrevista divulgada ayer.
Yeltsin se felicitó por el ritmo -"inesperadamente rápido según la práctica mundial"- con que el país avanza hacia la economía de mercado y dijo que quienes pronosticaban que Rusia se convertiría "en un Estado periférico, se equivocaron completamente".
Refiriéndose a las recientes elecciones presidenciales celebradas en Bielorrusia y Ucrania, el líder ruso manifestó que sus resultados "demostraron la aspiración" de estos pueblos "a acercarse a Rusia". "Por mi parte puedo decir que la Federación Rusa está preparada para impulsar la más estrecha colaboración con los países vecinos y revitalizar nuestras relaciones", aseguró Yeltsin.Subida de impuestosEl presidente recalcó que comprende los problemas que significan las reformas económicas para el pueblo ruso y destacó que para superar la "injusta desigualdad" en los ingresos de la gente hay que "aumentar más decididamente la carga impositiva sobre la parte más pudiente de la población".Entre los males de la sociedad rusa, la criminalidad sigue siendo uno de los peores, por lo que Yeltsin advirtió que a pesar de las críticas que se han hecho a su "decreto para luchar contra el bandidismo", lo mantendrá en vigor mientras no le propongan medidas más eficaces que las contempladas en ese documento. El decreto ha sido tildado de anticonstitucional, y los demócratas han hecho notar que su cumplimiento puede llevar a serias violaciones de los derechos humanos.
Yeltsin, que ayer se reintegró a sus actividades después de cinco días de enfermedad -oficialmente, un resfriado-, reiteró que Rusia no retirará a sus soldados de Estonia mientras este país báltico no respete los derechos de la minoría rusohablante que allí vive. Estas declaraciones las hizo durante su visita a la exposición del pintor Ilía Glazúnov. Yeltsin también se refirió al regreso de Alexandr Solzhenitsin, que hoy llega a Moscú después de haber recorrido el país durante casi dos meses, calificándolo de uno de los signos del pronto resurgir de Rusia.
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