La sed de justicia
Desde la época en que comparecieron los principales responsables de las transfusiones de sangre contaminada era evidente que la justicia no podía detenerse allí. La moderación de las penas dictadas y el hecho de que no estuvieran en el banquillo de los acusados otros presuntos responsable s de este drama daban crédito a la sensación de que no se había hecho justicia. ¿Cómo reprochar a las víctimas, a sus familias, haber reclamado tan encarnizadamente que no se dejara a nadie fuera en la búsqueda de responsabilidades? Los ministros que estaban entonces en ejercicio fueron los primeros en el punto de mira, como si su rango fuera el único a la medida del sufrimiento de todas esas vidas rotas., ( ... ) Pero, sobre todo, el juicio de 1992 arrojó luz sobre el papel de los consejeros- ministeriales y de algunos grandes mandarines en la dilación administrativa, en los sórdidos cálculos de rentabilidad que condujeron a retrasar las decisiones sanitarias. ( ... )La instrucción deberá desenredar las responsabilidades de cada cual en la cadena de decisión ministerial. Y se chocará contra esa verdadera zona gris que constituyen los gabinetes ministeriales cuyos miembros ejercen un poder de contornos no siempre bien delimitados. La responsabilidad política no se divide, la culpabilidad penal debe ser personalizada, es la base misma del derecho. Desgraciadamente, la ley no prevé el delito de rodearse de personas inadecuadas.
, 19 de julio
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