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El Gobierno teme que la visita del primer ministro argelino origine represalias contra los españoles en el país africano

El primer ministro argelino, Mokdad Sifi, deseaba acudir a Madrid al frente de una delegación más numerosa, que su visita a España tuviese un carácter más oficial y poder dar una conferencia de prensa conjunta con su homólogo, Felipe González. Por el contrario, al primer ministro sólo le acompañarán hoy, en su primer viaje a Madrid, tres ministros; dará una rueda de prensa en solitario; algunos altos cargos españoles se han empeñado en describir su estancia como privada, y La Moncloa ni siquiera ha organizado la tradicional sesión informativa en la que presenta las visitas de los huéspedes ilustres del jefe del Góbierno.

El Ejecutivo está empeñado en dar un perfil bajo a la estancia de Sifi. "Le gustaría que pase casi inadvertida", comenta un diplomático. Intenta así no llamar la atención de la guerrilla islamista y evitar represalias sobre la escasa colonia española residente en Argelia, unas 300 personas, o sobre los intereses españoles. Desde noviembre han sido asesinados en el país magrebí 52 extranjeros, uno de ellos español.

Sifi y sus tres ministros -de Exteriores, de Finanzas, y de Energía- buscan en Madrid un apoyo político y económico de España, como el que antes recabaron en París y Roma.

Argumentarán, como ya lo hizo la semana pasada el secretario general del Ministerio de Turismo, Jaled Graba, que si Argelia cae en manos de los islamistas, el norte del Mediterráneo resultará gravemente perjudicado.

Pedirán, además, un generoso reescalonamiento de los 60.000 millones de pesetas de deuda argelina con el Estado español. El 1 de junio, Argel alcanzó un acuerdo global de aplazamiento de los pagos de su deuda de 3,3 billones con 17 países acreedores, agrupados en el Club de París. Ahora debe desarrollarlo bilateralmente con cada uno.

Nuevos créditos

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También solicitará la apertura de nuevas líneas de crédito con España. Los 63.000 millones de pesetas que le fueron concedidos en 1992 están ya agotados. A pesar de su precaria situación política, obtendrá nuevos préstamos porque, con unos intercambios comerciales que rondaron los 200.000 millones de pesetas en 1993 y que, a pesar de las importaciones de petróleo y gas, arrojan ahora un ligero superávit para España, Argelia es un socio demasiado importante como para privarle de dinero español.A cambio, las autoridades españolas pedirán al huésped argelino que no tenga demasiada prisa en que se inicien, por ejemplo, las obras de la presa de Beni Harun, adjudicadas por 16.500 millones de pesetas a Dragados y Construcciones. La empresa española tarda en empezarla por temor a desplazar allí a un grupo de técnicos e ingenieros que podría ser blanco de los islamistas.

Francia ya ha sido generosa. Otorgó a principios de mes a su ex colonia 145.000 millones de pesetas en créditos, poniendo así de relieve su creciente compromiso con el régimen del general Liamin Zérual.

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