Vuelve la rutina negociadora tras la sangrienta batalla de Gaza

A pesar de pronósticos en contrario, la reanudación de negociaciones entre palestinos e israelíes ayer en El Cairo era vista como una clara manifestación de que los violentos incidentes del domingo en Gaza no van a alterar el calendario de conversaciones para ampliar la autonomía en Cisjordania.

Los negociadores palestinos estaban cariacontecidos cuando ingresaron a una sala de un hotel de la capital egipcia. Pero el general Dany Rotschild, jefe de la delegación israelí aclaró que los acontecimientos de Gaza, donde tropas israelíes mataron a dos palestinos e hirieron a cerca de 80 civiles en los más sangrientos choque desde la llegada de Yasir Arafat hace 18 días, no van a cancelar las discusiones.

"Estamos tratando de que las cosas vuelvan a la normalidad", dijo. Por su parte, Zuhdi al-Gudra, el embajador palestino en Egipto, declaró por su parte: "Lo que ocurrió en Gaza fue una masacre. Esperamos que no descarrile el proceso de paz".

Las negociaciones de El Cairo son vitales para acelerar la gradual transferencia de poderes administrativos a la flamante Autoridad Nacional Palestina (Gobierno autónomo) en el territorio que permanece desde 1967 bajo la ocupación militar israelí.

En medios palestinos se aseguraba ayer que la delegación que Arafat dirige desde su nueva residencia en Gaza intensificará esta semana su presión sobre Israel a fin de lograr la liberación de millares de prisioneros políticos conforme al acuerdo firmado el 4 de mayo.

La cuestión de los prisioneros se ha convertido en uno de los principales obstáculos para afianzar la popularidad de Arafat en los territorios autónomos y en los ocupados. La facciones izquierdistas y los sectores extremistas musulmanes están utilizando la causa de los prisioneros como punta de lanza en su campaña de críticas contra el acuerdo de paz.