Las cofradías del Cantábrico piden la desaparación de las redes de deriva
No desean adoptar medidas drásticas, pero quieren que desaparezcan las redes de deriva. Los pescadores de bajura del Cantábrico que se dedican a la captura del bonito se niegan a participar en una guerra anunciada en la costera de la anchoa con los pescadores franceses porque "las cosas en la mar se sabe cuando empiezan, pero no cuándo y cómo terminan", indica un representante de los arrantzales (pescadores) vascos. Las discrepancias se encuentran en los sistemas de pesca que emplean los franceses, en la utilización de las redes de volantas de más de 2, 5 kilómetros de largo, criticadas tanto por el sector pesquero español como por los ecologistas.
A primera hora de la mañana de hoy está previsto que llege al puerto de Burda (Lugo) la flota de bajura del Cantábrico con el barco francés apresado La Grabielle. A los puertos de la isla de Yeu y Lorient en Francia arribarán los cuatro pesqueros que resultaron alcanzados en los incidentes ocurridos en alta mar el pasado 16 de julio.
Kilómetros de rentabilidad
El acuerdo alcanzado entre los ministros de Pesca español y francés, Luis Atienza y Jean Puech, fue acogido con escepticismo y cierta desconfianza entre los representantes de los pescadores españoles. Creen que los atuneros franceses no van a respetar los acuerdos porque están convencidos de que "utilizar redes con tamaños inferiores a los 2, 5 kilómetros marcados por la legislación comunitaria no es rentable" para ellos, según el presidente de la Cofradía de pescadores de Vizcaya. El viceconsejero de Pesca del Gobierno vasco, José Ignacio EspeI, considera que la única solución para acabar con el conflicto es prohibir totalmente el empleo de esas redes". Una solución transitoria, apunta, podría ser su utilización sólo en las 12 millas de costa de cada país.
Representantes de las cofradías de pescadores del Cantábrico, Gobierno vasco y grupos ecologistas coincidieron ayer al defender que la forma de poner fin al conflicto es acabar con las redes de arrastre que destruyen grandes cantidades de pescado.
Dos inspectores de Pesca del Gobierno vasco navegan desde hace quince días en el barco Hendai acompañando a los atuneros vascos. Ambos confirmaron el empleo de redes ilegales tanto por el barco apresado por la flota de bajura del Cantábrico. La Gabrielle, como por el resto de las embarcaciones francesas que faenan en la zona. Garai aseguró que La Gabriel/e estaba pescando con redes de más de cinco kilómetros.
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