Como en un cine

"Programas, programas, programas. La gente quiere programas y no tecnología", ha dicho Josep Flaherty, presidente del comité evaluador de la norma de televisión digital de Estados Unidos y por ello uno de los hombres claves en el desarrollo de la televisión del futuro. Pero, ¿qué tipo de pantalla se va a necesitar? ¿Servirán los actuales televisores? Son preguntas interesantes, tanto para los usuarios como para los fabricantes.Muchos de los expertos que asisten al curso sobre Televisión avanzada, organizado por la empresa pública Retevisión en la sede valenciana de la Universidad Menéndez Pelayo, admiten que el espectador puede sentirse desorientado sobre lo que realmente va a recibir y hasta qué punto le servirán para ello los actuales equipos de recepción.

A partir de las posibilidades tecnológicas hay previsiones para todos los gustos. "En un plazo de 10 a 15 años desaparecerá el televisor tal como lo tenemos en la actualidad", ha dicho Joan Majó, consultor de la Unión Europea. Majó ve un futuro próximo invadido por pantallas planas, de dimensiones parecidas a las que se usan para el cine y que se colocarán en una de las paredes de la sala de estar. "Si la industria produjera en estos momentos pantallas planas similares a las de cristal líquido, pero en grandes dimensiones, el televisor no existiría", asegura.

Por el mismo sistema de pantallas planas han apostado los japoneses, pioneros de la televisión avanzada, puesto que fueron los primeros que consiguieron la alta definición que permite una calidad similar a la del cine. Así lo ha hecho saber en este seminario T. Nishizawa, directivo y responsable del departamento de investigación de la televisión pública japonesa NHK. "En el futuro la pantalla estará en la pared", señala.

¿Mejor el ordenador?

El experto japonés ha mostrado, en esta reunión, uno de los estudios que se han hecho en su país sobre los gustos del usuario de televisión avanzada. Aunque muy pocos japoneses tienen un receptor de televisión de alta definición -sólo hay 25.000 instalados-, el 72,5% de aquellos desearía comprarse un aparato que, hoy por hoy, cuesta más de medio millón de pesetas.

La otra cara de la moneda para el usuario llega desde Estados Unidos. Allí, la Gran Alianza, grupo de industrias que están desarrollando la televisión digital que se va a implantar a partir del próximo ano, no se plantea tanto la cuestión de los actuales receptores como la de convertir el ordenador en el centro de recepción de las señales de televisión, puesto que así se podrá integrar mejor lo audiovisual en las llamadas "autopistas de la información". Todos los servicios de estas autopistas serán digitales, señala Flaherty, y añade que la calidad equivaldrá a la del cine de 35 milímetros. "Será un terminal inteligente, con gran capacidad de almacenar datos e imágenes y de acceder a servicios interactivos".

Europa pretende, por ahora, situarse en una posición intermedia. Se anuncia para el próximo otoño el lanzamiento al mercado de una segunda generación de televisores de pantalla de dimensiones 16/9 (frente a la actual, que tiene un relación 4/3). En ella, gracias a las señales difundidas en la norma Pal Plus, se puede ver la televisión como una película en cinemascope, es decir, con una pantalla mayor -de hasta 32 pulgadas-, más alargada y estrecha y que se adapta mucho más al ángulo natural de visión del ojo humano.

No hay unanimidad

Este formato de pantalla es defendido por Michel Oudin, director general del grupo Visión 1250, que es un proyecto comunitario para el desarrollo de la televisión avanzada. Pero no goza de la bendición de todos los especialistas. Por ejemplo, el español José Luis Tejerina, experto de Retevisión, se pregunta si no sería mejor desarrollar la televisión digital de forma compatible con cualquier tipo de pantalla. "Lo que no me parece bien como usuario", dice Tejerina, "es que, si quiero ver una película transmitida según la norma Pal Plus, en mi televisor tradicional tenga que soportar que aparezcan espacios en negro".

Pantalla plana y gigante, terminal de ordenador, televisor de mayores dimensiones... Todo parece estar pendiente de la última palabra del espectador. De momento, los técnicos advierten de la disparidad de equipos receptores que podrán usarse para recibir las nuevas modalidades de televisión.

Dichos expertos consideran que el período de transición desde la actual televisión analógica a la digital se prolongará durante 15 años. El sistema digital no es para mañana mismo, pero sí podrá considerarse una realidad hacia el año 2010, tras un período en que convivirán ambos sistemas. En su fase definitiva, el sistema digital implicará el abandono del actual.