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Balladur afirma que Francia no desplegará en ningún caso sus tropas en el corazón de Ruanda

El primer ministro francés, Édouard Balladur, ha respondido a las crecientes críticas internacionales a su proyectada misión en Ruanda con cinco condiciones que enmarcan el carácter de la operación. Balladur, quien asegura que siempre actuará con el consentimiento de la ONU, afirmó ayer que sus tropas no se desplegarán en ningún caso en el interior de Ruanda. Junto a los rebeldes tutsis, que han amenazado con hacer frente a los franceses, la Organización para la Unidad Africana (OUA), que agrupa a 53 países, se opuso ayer a la operación, que calificó de "peligrosa".

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Balladur no quiere aventuras. Ante el creciente aislamiento de su país, que no ha logrado arrastrar tras de sí a otros en apoyo de una operación humanitaria en Ruanda, el primer ministro ha expuesto ante su grupo parlamentario, las cinco condiciones para intervenir en Ruanda: tener la autorización previa de las Naciones Unidas; que la operación esté limitada en el tiempo, preferiblemente pocas semanas; que el despliegue de los soldados franceses se realice cerca de las fronteras, nunca en el corazón de Ruanda; que todas las operaciones estén limitadas a las acciones humanitarias; y que exista el acuerdo con otros países para que aporten fuerzas a la misión internacional.Con estas cinco condiciones, Francia parece regresar al principio del plan al querer enfriar las prisas de los últimos días. El debate, pues, está en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que aún no se ha pronunciado oficialmente. El Consejo acogió favorablemente, pero sin entusiasmo, la propuesta francesa, presentada en Nueva York en la noche del martes. El único aliado de París es el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, quien ayer reiteró su apoyo.

Francia, en un nuevo revés, obtuvo ayer un apoyo muy limitado a su propuesta de mandar una fuerza europea a Ruanda en el Consejo Permanente de la Unión Europea Occidental (UEO), la organización que tiene como objetivo y vocación convertirse en el pilar europeo de la defensa occidental. Son varios los socios que están dispuestos a realizar contribuciones logísticas, pero todos ellos exigen la aprobación previa del Consejo de Seguridad de la ONU.

El ministro italiano de Exteriores, Antonio Martino, reafirmó ayer la posición de su país: ltalia no está dispuesta a participar en una acción unilateral de Francia, pero es favorable a una intervención humanitaria internacional. Otros limitaron su apoyo a la logística.

España no piensa realizar ninguna aportación en fuerzas militares y está a la espera de conocer las necesidades de apoyo logístico y de material humanitario. Un portavoz español indicó que son muy escasos los medios disponibles, en razón de los compromisos ya existentes en las operaciones de paz en Bosnia.

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La misión que Francia ha propuesto al Consejo de Seguridad está destinada a realizar una función de puente hasta la llegada a Ruanda del nuevo contingente de cascos azules, formado por tropas de varios países africanos. En este momento, la tarea de coordinación de la UEO dejará de tener sentido. Ayer se esperaba en París la llegada de Jacques Bihozagara, miembro de la dirección política del Frente Patriótico Ruandés (FPR) y ministro de un Gobierno de transición que nunca llegó a entrar en funciones. A media tarde se supo que Bihozagara, actualmente en Bruselas, anulaba su viaje.

Los contactos con la guerrilla tutsi han quedado limitados a los que sostiene en Uganda el embajador Marlaud.

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