Un tipo 'chévere' de carácter tenaz y dialogante

Tranquilo y satisfecho por el triunfo, Ernesto Samper, presidente electo de Colombia, recobró el ingenio y buen humor que sus seguidores añoraron en la intensa y apretada campaña que culminó el domingo, en la que Andrés Pastrana le pisó los talones hasta el último momento. "Soy un tipo chévere [estupendo]", dijo Samper a los reporteros que le pidieron definirse.De 43 años, bogotano, abogado y economista, el nuevo presidente ayudó a pagarse sus estudios con el sueldo de cajero de banco en el que se inició en los secretos del sector que, a mediados de la década de los setenta, dirigió como presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras.

En su vida pública Samper ha combinado la actividad proselitista que lo llevó primero a la Diputación de la capital y después al Parlamento, siempre proponiéndose como el candidato de las clases medias a las que atribuye un peso decisivo en el proceso de desarrollo. Durante el actual Gobierno de César Gaviria, fue ministro de Desarrollo y embajador en España.

En la pasada campaña, cuando sobrevivió a la crisis de violencia que se cobró la vida de tres candidatos a la presidencia y fue víctima de un atentado que se atribuye a las bandas paramilitares del narcotráfico, Samper puso a prueba su carácter tenaz y su férrea voluntad de lograr todo lo que se propone. Sus asesores lo definen como un hombre "esencialmente ideológico y de principios".

La capacidad de conciliación que se le reconoce al nuevo presidente sería a la vez un punto fuerte y débil en situaciones de conflicto que, con toda certeza, tendrá que afrontar a partir de agosto, cuando suceda a César Gaviria, quien asumirá la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), dejando una estela de prestigio que se convierte en otro desafío para Samper. Por un gobierno suyo apostaron 3,6 millones de colombianos.