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La banda de Becky

Isabel Ferrer

"Vaya, se acabó la fiesta. Ya está aquí otra vez Becky". Saludos tan desafortunados como éste convirtieron en un infierno la etapa escolar de Becky Walker, una joven británica que ha cumplido 20 años. La parálisis cerebral que padece desde su nacimiento le impide moverse y hablar como las demás chicas. Su capacidad intelectual, sin embargo, permanece intacta y acabó la secundaria con un promedio de sobresaliente. Ahora estudia Derecho en la Universidad de Nottingham y acaba de demandar, a las autoridades locales de su condado, Derby, en el centro del país. Aduce que no evitaron los abusos y la intimidación verbal de que fue objeto en el colegio por parte de sus compañeras. Si gana, el caso sentará un precedente legal histórico. Abrirá además el camino para otras víctimas similares.Los problemas de Becky comenzaron en 1987 cuando fue invitada a unirse a la banda de música de su colegio, Bolsover. El grupo es famoso por su calidad y ha realizado varias giras europeas. Ella se encargaba de tocar el timbal pero su presencia resultaba molesta y grotesca para tres de sus compañeras. Durante un año dicho trío se lo demostró con frases como "Mira quién toca ahora"; "Nos hemos quedado sin diversión"; "Ya no vale la pena sonreir". Como consecuencia de ello Becky abandonó el conjunto en septiembre de 1988.

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La crueldad en el 'cole'

No le hicieron caso

Becky pidió en repetidas ocasiones a la dirección de Bolsover que pusiera fin a las burlas. En su reciente declaración ante el juez, aseguró que nunca le hicieron caso. "Todavía ahora creo que la gente me mira y hace gestos raros imitando mi falta de coordinación motriz. Pienso que, en el futuro, puedo ser juzgada por mi aspecto y no por mi valía", dijo.

Mientras el juicio continúa, Childline, la Asociación Nacional de Apoyo para Problemas de Intimidación Escolar ha reconocido haber recibido cerca de 30.000 llamadas desde el pasado marzo. En esa fecha abrió una línea telefónica para que escolares o padres relataran sus casos. En sólo tres meses han incluido en sus archivos sucesos como el de un minusválido con muletas molestado por otros en silla de ruedas en un centro especial. Ha habido chicos objeto de burla porque tenían hermanos con un retraso mental o epilépticos que eran golpeados por sus compañeros. "Hay un componente de miedo a lo desconocido y una gran falta de preparación de profesores y alumnos para aceptarse unos a otros", señalan sus portavoces.

Un reciente estudio de la Universidad de Sheffield revela que una cuarta parte de los alumnos de primaria y uno de cada 10 de la secundaria son objeto de abusos.

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