Pedro Solbes rechaza un giro de la política económica a la derecha o a la izquierda

El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, reiteró ayer, ante 200 empresarios catalanes de diversos sectores industrilales y agrícolas, que el Gobierno, pese al resultado de las últimas elecciones europeas, no modificará su política económica, ya que cuenta con el apoyo de los nacionalistas catalanes. El ministro anunció que en fecha próxima se reunirá con Convergència i Unió (GU) para empezar las conversaciones tendentes a alcanzar un consenso en tomo al proyecto de Presupuestos del Estado de 1995, del que ya ha empezado a hablar el Consejo de Ministros.

Solbes rechazó cualquier giro "ni a la derecha ni a la izquierda" de la política económica del Gobierno, a pesar de las reclamaciones planteadas tanto por el Partido Popular (PP) como por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya (IU-IC) y desde algunos sectores de opinión como consecuencia de la nueva correlación política existente tras la última consulta electoral. Para Solbes un giro a la derecha significaría una reducción de las prestaciones sociales mientras que a la izquierda representaría un aumento del déficit público.El ministro afirmó que las incertidumbres políticas -"que eran más teóricas que reales", matizó- han desaparecido y que el proceso de recuperación económica continúa, aunque existe en su opinión alguna pequeña posibilidad de que se trunque. A su juicio, "la política económica del Gobierno tiene un objetivo básico y fundamental: que este país crezca para crear empleo de forma permanente; y para ello es imprescindible reducir el déficit público, lo cual nos permitirá disponer de financiación para otras cosas".

El titular de Economía expresó su apoyo al gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, cuyo mandato acaba dentro de dos meses. "Es una persona que por sus características debería tener el consenso de todas las fuerzas políticas. Mi opinión es que Rojo es el mejor gobernador que este país puede tener, pero si por cualquier razón el consenso no fuera posible el Gobierno tendría que tomar sus decisiones porque no podemos dejar que ciertos temas se arrastren más tiempo de lo razonable".

El ministro aseguró que el Gobierno mantendrá su política de austeridad presupuestaria -haciendo especial énfasis en la reducción del gasto público- y que proseguirá su política fiscal incentivadora de la actividad productiva.

Solbes afirmó que los presupuestos serán restrictivos hasta 1997 y que espera que el paro se estabilice a final de año, coincidiendo con un incremento de la creación de empleo. "El pasado año, el Estado ingresó por Impuesto de Sociedades algo más del billón de pesetas", resaltó, mientras que este año, a pesar de la recuperación de la actividad económica, "el ingreso se verá disminuido en más de 200.000 millones de pesetas como consecuencia de las bonificaciones fiscales que hemos dado a las empresas".

Tipos a la baja

Solbes destacó la necesidad de que los tipos de interés se mantengan a la baja y que los niveles de inflación cumplan los objetivos fijados por el Gobierno "para mantener la competitividad de nuestra economía durante un largo plazo y que las ventajas derivadas de las últimas devaluaciones no desaparezcan rápidamente por errores de una u otra naturaleza".

Respecto al caso Rubio, el ministro señaló que Hacienda no puede analizar las cuentas del ex gobernador del Banco de España "porque tenemos unas competencias limitadas y en todo caso tienen que ser los jueces quienes soliciten los oportunos requerimientos judiciales para obtener informaciones de la fiscalía suiza".

El secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, descartó la posibilidad de una drástica reducción de las pensiones y afirmó que este tema está pendiente de la ponencia que actualmente se discute en el Congreso de los Diputados y de la que se espera salga un dictamen consensuado entre los grupos políticos con directrices concretas.