Los rebeldes tutsis culpan del asesinato de 40 niños secuestrados a la milicia hutu
Los 40 niños de la minoría étnica tutsi que fueron secuestrados el pasado martes por milicianos de la mayoría hutú han sido asesinados, según informó ayer el Frente Patriótico Ruandés (FPR), la guerrilla tutsi enfrentada en una sangrienta guerra civil con el Gobierno provisional de Ruanda. Los niños -con edades comprendidas entre los 10 y los 14 años- se habían refugiado en la iglesia de la Santa Familia de Kigali, la capital del país.La emisora del FPR, Radio Mohabura, informó que "tras el secuestro, los niños fueron conducidos hasta un pantano donde fueron abatidos a disparos, sin que ninguno de ellos consiguiera sobrevivir, sólo porque eran tutsis. Los jóvenes buscaron refugio en la iglesia de la Santa Familia, en el centro de Kigali, en una zona controlada por las tropas gubernamentales.
Posteriormente, los observadores de las Naciones Unidas elevaron el número de jóvenes secuestrados por los milicianos hutus, que podría alcanzar hasta 60. "Creemos que [los niños] han sido ejecutados y después enterrados", declaró un portavoz de la misión de la ONU en Ruanda.
La misma emisora de los rebeldes aseguró que fuerzas regulares del Gobierno ruandés fueron enviadas a investigar los hechos, tras recibirse la denuncia del secuestro en el cuartel de la ONU. Sin embargo, los soldados hutus aseguraron a los cascos azules que "todo era una mentira".
Mientras tanto, el alto el fuego aceptado por los combatientes en la guerra civil de Ruanda a instancias de la Organización para la Unidad Africana (OUA) pareció ser respetado ayer, según informaron en Nairobi fuentes de las Naciones Unidas. Pese a los duros enfrentamientos registrados en Kigali al cominezo de la mañana, la situación se fue calmando a lo largo del día, precisaron las mismas fuentes. El FPR controla por completo la ciudad de Gitarama, 50 kilómetros al Suroeste de Kigali, donde estuvo instalado hasta hace una semana el Gobierno ruandés.
El portavoz de las fuerzas de las naciones Unidas en Ruanda, Pierre Mehu, subrayó que la aparente tranquilidad que vivía ayer Kigali no significaba la aceptación del alto el fuego, que, por otra parte no había sido notificado por los beligerantes a los mandos de los cascos azules.
Mientras en los combates se interrumpen en Ruanda, en el vecino Burundi, donde se registra el mismo enfrentamiento tribal entre hutus y tutsis, aumenta cada vez más la tensión y se teme que que pueda estallar una guerra civil entre ambas etnias.
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