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Alemania reúne su úItima historia en un museo

El canciller Helmut Kohl inauguró ayer en Bonn la Casa de la historia de la República Federal de Alemania, un museo que sirve como documento del último medio siglo de historia alemana y representa una especie de cierre o punto final a la República de Bonn. Es la historia reciente de Alemania gratis, palpable y al alcance de todos. Recorrer las salas del museo resulta para los alemanes que rebasan el medio siglo como un viaje al sadismo de nuestra infancia y equivale a confrontar la reciente historia de su país: desde la posguerra, hasta la caída del muro y la reunificación.Es una historia que abarca desde las mujeres que quitaban los escombros y las tarjetas postales de los hombres prisioneros en la entonces Unión Soviética, hasta los alemanes del otro lado del muro y las alambradas cuando se lanzaron a las calles en una revolución pacífica al grito de "¡nosotros somos el pueblo!". De forma atractiva e interactiva se sube desde los primeros días de la Alemania destruída por la guerra hasta la época actual. Pasquines, pintadas, periódicos, películas y objetos documentan el último medio siglo de la RFA y la ex-República Democrática Alemana (RDA), contemplada desde este lado del muro.

Un proyecto de Kohl

El inspirador del proyecto de museo fue el canciller Kohl, quien en su discurso de toma de posesión hace casi 12 años, anunciando la construcción del museo, dijo que la RFA "surgió a la sombra de la catástrofe pero tiene su propia historia". El resultado quedó inaugurado ayer y desde hoy todos los que lo deseen podrán visitarlo gratis. El dinero lo aportó el contribuyente. La construcción del edificio -4.000 metros cuadrados de superficie que contienen 7.000 objetos- costó más de 9.500 millones de pesetas. El presupuesto anual para mantenimiento asciende este año a 1.900 millones de pesetas.

La nueva casa de la historia ya ha despertado polémica. Más de uno comentaba por los pasillos en la inauguración ayer que la visión resultaba muy derechista. Sin duda es así, pero de hecho la historia de la RFA como bastión anticomunista en los años de la guerra fría, fue así. En ese sentido el museo se limita a reflejar la ideología dominante en buena parte del medio siglo pasado.

En algún punto del museo los que lo diseñaron asoman quizá demasiado la oreja de su visión conservadora. Como ejemplo palpable, al entrar en una sala el visitante se topa con una alfombra roja con letras doradas impresas. El visitante se queda un momento cortado y pregunta si se puede pisar. El guardián de la sala responde: "Sí, eso está para pisotearlo". En el texto se encuentra la clave. Se trata de una especie de decálogo pronunciado por Walter Ulbricht, el dirigente estalinista de los años 60 en la difunta RDA. El tercer mandamiento establece un ejemplar ayudarás a eliminar la explotación del hombre por el hombre". El noveno haría feliz incluso al papa Wojtyla, cuando ordena: "vivirás limpia y decentemente y respetarás a tu familia".

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