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La Universidad de Alcalá 'inventa' rosas para competir con las de Holanda

La Universidad de Alcalá se ha puesto a inventar unas rosas madrileñas de alta calidad con la ayuda de la Comunidad. La zona de experimentos es el Complejo de Investigación de Flor Cortada, una finca pública situada en El Encín. El Gobierno regional pretende competir con las flores que se cultivan en Holanda y Colombia. Los madrileños se gastan anualmente 15.000 millones en flores de las que sólo un 5% se produce en la región.

El PSOE, que gobierna en la Comunidad, propone una revolución en el campo: transformar a los agricultores, cuyo negocio está en crisis, en floricultores, cuyo mercado está en auge. La Consejería de Economía y la Universidad de Alcalá crearon hace un año el Complejo de Investigación de Flor Cortada y Planta Ornamental para facilitar la reconversión de los trabajadores del campo. Son 120 hectáreas de terreno que se cederán durante 40 años a empresas del ramo que practiquen cultivos lo más ecológicos posible y destinen el 2% de sus beneficios a investigación.Aventura empresarial

El objetivo es averiguar cómo producir flores de la máxima calidad con el menor coste posible. Solo así será posible competir con las que se importan de Colombia o Nigeria, donde la mano de obra es mucho más barata, o con las de Holanda, donde ya conocen todas las técnicas. Un economista de la Universidad elaborará los distintos planes de viabilidad y gestionará las ayudas oficiales y un técnico de El Encín asesorará a los empresarios sobre los cultivos.

Los primeros inquilinos son un cultivador de rosas que lleva media vida dedicada a ese menester y tres jóvenes agricultores en paro que tienen intención de dedicarse a la producción de nardos, por ser una flor "muy madrileña", a las astromelias -un ejemplar parecido a las orquídeas- y las bulbosas en general.

Antonio Estévez, César Hernández y Jaime Castellanos han invertido 30 millones de pesetas en esta aventura empresarial, los tres estaban en paro y la idea les vino a la cabeza después de hacer un curso de ornamentación y flor cortada el pasado mes de diciembre en El Encín. A finales de mayo firmaron el convenio y ahora están acondicionando las seis hectáreas de terreno que les corresponden y en las que esperan, cuando tengan a pleno rendimiento sus invernaderos, tener trabajando a ocho personas. Tratan de evitar el exceso de tratamientos químicos y ahorrar el máximo posible de agua. También conocen cuál es la demanda de mercado, ya que en su proyecto participa la Asociación de Floristas Madrileños, sus clientes potenciales.

José Antonio Cuevas lleva 40 años dedicado al cultivo de rosas y ya ha cortado los primeros centenares producidos en El Encín. Junto a su mujer, Ana, que se encarga de la comercialización, y a su hijo Iván, que con 19 años es el responsable del vivero, Cuevas plantó hace tres meses 24 variedades de rosales en las 10 hectáreas de terreno de que dispone.

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