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"Hay que ser de izquierdas en el toreo", dice José Ignacio Sánchez

José Ignacio Sánchez sentía una sensación agridulce tras el festejo de ayer en el que, una vez más, estuvo a punto de salir por la puerta grande, tras prodigar su toreo al natural, como afirmaba con humor: "Es que en esto del toreo hay que ser de izquierdas. El natural, además de su belleza, es el pase fundamental con la muleta y yo tengo la suerte de sentirme más a gusto con esa mano, y si a ello se une que mi primer novillo embestía muy bien por ese pitón y muy mal por el otro, resulta que me lo pusieron fácil".El salmantino, que actuó con una lesión en el escafoides de su muñeca derecha, afirmaba que en ningún momento le molestó, "porque al quinto novillo, que era más complicado y no iba tan bien por el lado izquierdo, le di varios muletazos con esa mano". Una mano que decía no le falló a la hora de matar a ese primer novillo: "Me tiré bien, pero me resbaló el estoque en una banderilla y por eso se desvió, con lo que perdí, la segunda oreja".

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En el quinto el fallo fue con el descabello, lo que le costó perder otra oreja, la salida por la puerta grande y algunas lágrimas: "Es que siempre pasa algo en Madrid para que no redondee mis tardes, al menos en cuanto a salir a hombros". Estadísticas al mar gen, se mostraba satisfecho de su tarde: "Por lo demás, muy bien, aunque todavía puedo torear mejor, porque no ha sido mi mejor faena; esa sucedió el año pasado en Cascante".

A Sánchez, que tomará la alternativa el 29 de julio próximo en Santander, le encantaría despedirse de novillero en Madrid antes de esa fecha: "Y ese día voy a tener que matar también con la izquierda, a ver si así abro ya la puerta grande".

Uceda, herido leve

El debutante Uceda Leal, que sufrió un puntazo en la pierna izquierda, de pronóstico leve, al matar al último, permaneció unos minutos en la enfermería, donde se quejó de haber tenido el peor lote, "aunque el público lo supo entender". Allí, Gregorio Sánchez, su profesor en la Escuela de Madrid, volvía a felicitarle por su actuación: "Ha estado sensacional, muy por encima de los novillos, que adolecieron de escasas fuerzas. Pese a ello mereció cortar la oreja del primero".

Por su parte Víctor Puerto también lamentaba la escasa fuerza de sus novillos: "Sobre todo el segundo, en el que salí dispuesto a todo, como demostré al recibirlo a porta gayola, con el miedo que da. Pero luego llegó defendiéndose a la muleta". Añadía que al primero si le tenía cortada oreja, de haberlo matado bien algo no fácil porque me ponía los pitones en el chaleco, que me destrozó". El diestro, que vio al público un poco frío en ese primer novillo, también quería repetir pronto en Madrid: "Estoy preparado de sobra para pegar de una vez un fuerte zambombazo, pero para eso me tienen que poner otra vez".

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