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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Precisiones

Como componentes de la comisión organizadora del primer viaje de reencuentro de españoles antiguos residentes de Marruecos, nos dirigimos a usted a fin de efectuar las siguientes precisiones y puntualizaciones sobre la información publicada en la contraportada del diario EL PAÍS, de fecha 2 de mayo de 1994, y que bajo el título de Peregrinos de la historia, les remitió su corresponsal Ferrán Sales.Para empezar, la fotografía que ilustra su artículo no es de la. Judería de Tetuán, sino de una de las calles que suben a la Alcazaba. El texto del artículo goza de una desinformación total., Nos trasladamos en tres aviones en vuelos charter y tres autobuses desde Madrid, uno desde cada una de las ciudades de Málaga, Huelva y Sevilla, y un barco de la compañía marroquí Comarit, el Bougaz, reservado exclusivamente para nosotros.

La excusa de tan multitudinario viaje no esconde ninguna otra intención que la reunión de ami-

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gos, y desde luego, ninguna nostalgia colonialista, como parece insinuar el autor del artículo. Todos los años, y organizada por nosotros en Madrid -y desde luego en ninguna otra ciudad de España-, celebramos una comida a la que asisten entre 400 y 500 antiguos residentes en Marruecos, y este año, después de un sondeo de intenciones, decidimos viajar a Marruecos.

Los protagonistas destacados de este viaje fueron todos y cada uno de los españoles que durante años- residieron en Marruecos, muchos también desde su nacimiento, encontrándose entre ellos de todas las profesiones; militares, desde luego -ninguno de ellos de 80, años; sólo hubo uno de los participantes con más de 80 años, que era dentista y no militar-, pero también abogados, médicos, magistrados, miembros de otras profesiones liberales, comerciantes, industriales, obreros y artesanos; en fin, miembros de todos los estamentos sociales, y desde luego, ninguno nostálgico colonialista, sí no es en la generosidad, amistad y hospitalidad que siempre nos dispensó el pueblo marroquí.

Antonio Anting, presidente de la Asociación Española de Residentes en Marruecos, no fue el promotor de este viaje, sino nosotros, aún cuando no podemos negar la inestimable colaboración que nos prestó en todas las fases de la organización y en la consecución de nuestros fines.

No tuvimos el honor de que asistiera en los actos de bienvenida en el palacio de Marshan de Tánger el excelentísimo señor ministro de Estado Si Muley Ahmed el Alaui, aunque sí lo hizo el señor ministro de Turismo, Serge Berdugo, al que entregamos cuatro sillas de ruedas para minusválidos de Tetuán y Tánger en prueba de amistad. Todas las reivindicaciones de Aderma, que desde, luego hacemos nuestras, y a las que se refiere el corresponsal, no fueron ni tan siquiera aludidas en ninguno de los actos celebrados.

Sí podría haberse destacado en la información, y no se hizo, la fastuosa cena de gala, algo de Las mil y una noches, que fue ofrecida a los participantes y costeada por los mismos, con asistencia de nuestro embajador de España en Marruecos y cónsules generales de Tánger y Tetuán, y también la misa solemne celebrada en la iglesia no catedral de Nuestra Señora de las Victorias -no del Pilár- de Tetuán, y la recepción ofrecida en un hotel de las afueras de esta ciudad por el embajador de Esp4a y las autoridades regionales y locales

, por la comisión organizadora del primer viaje de reencuentro de españoles antiguos residentes en Marruecos.

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