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Bélgica negocia con Cuba la salida de los 114 refugiados en su Embajada en La Habana

Cuba y Bélgica negocian una solución al incidente ocurrido en la residencia del embajador belga en La Habana, Paul Vermeirsch, donde el sábado penetraron 114 cubanos,entre ellos 34 mujeres y 24 niños, para pedir asilo político y salir de la isla. Ayer, mientras las autoridades cubanas esperaban que el embajador facilitase los nombres de los refugiados, la casa de Vermeirsch estaba rodeadapor un fuerte cordón policial que impedía el acceso al lugar. "Es para prevenir males mayores", dijo un oficial de la policía, quien aseguró que, hasta ese momento, ningún cubano se había refugiado en otras embajadas.

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El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Roberto Robaina, reiteró el sábado que su país no permitirá que ninguna persona que penetre por la fuerza en una embajada salga de la isla, y dió a entender que las autoridades belgas estaban de acuerdo con esta posición. "La política de Cuba es la misma: hay que, salir de ese lugar, pues el mecanismo para salir de Cuba es otro, no la presión y la fuerza".Bélgica, efectivamente, no piensa realizar ninguna concesión a los 114 ciudadanos cubanos que han allanado la residencia de su embajador en Cuba, según manifestó ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Willy Claes, informa desde Bruselas Lluis Bassets. "Que no se hagan ninguna ilusión", aseguró el ministro belga, quien rechazó la petición de visados planteada por los asaltantes. Claes rechazó los métodos coactivos y violentos de los cubanos que han ocupado el edificio, en unas declaraciones realizadas ayer por la tarde a la Radio Televisión Belga, aunque añadió que Bélgica podría intentar obtener garantías de las autoridades cubanas para que los refugiados no sean objeto de represalias.Robaina, satisfecho

Robaina afirmó que sentía "satisfacción" por que en las conversaciones mantenidas hasta ahora con las autoridades belgas, ambas partes coincidieron. "exactamente en las posiciones y en la vía que existe para resolver el problema". "No es el primer fenómeno con estas características, y siempre hemos contado con la comprensión de los países cuando se han producido situaciones de este tipo", dijo Robaina, quien habló el sábado con la prensa extranjera minutos antes de viajar a Egipto.

Robaina ratificó que la única solución que aceptará Cuba es que los refugiados salgan de la Embajada por su propia voluntad y luego tramiten su salida del país por vía legal, con la garantía de que las autoridades cubanas no tomarán represalias contra estas personas ni impedirán que realicen los trámites normales en las oficinas de Inmigración.

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En enero del año pasado, otros siete cubanos entraron en la residencia de Vermeirsch y pidieron asilo político, y, si bien Bruselas les concedió inmediatamente visado de entrada, después de varias semanas los refugiados tuvieron que salir y marcharse a su casa. Todavía no han conseguido emigrar.

En aquella ocasión, Vermeirsch declaró a este diario que, pese a que los siete cubanos no habían sido invitados a su casa, el no los iba a echar."Están en territorio belga y vamos a respetar su libertad", dijo entonces el diplomático, en un gesto que fue interpretado por las autoridades cubanas y diplomáticos occidentales comoo un reto y una "inconsciencia", pues debido a la crítica situación que atraviesa el país podía haber provocado una entrada masiva de cubanos a las embajadas, como ocurrió durante la crisis de los refugiados en el verano de 1990.

Vermeirsch, quien tiene fama de ser uno de los embajadores de la Unión Europea mas intolerantes con el régimen de Fidel Castro, dijo en enero que, puesto que "salir del país de origen es una cuestión fundamental de derechos humanos", Bélgica continuaría exigiendo una solución humanitaria al problema. "Abajo Fidel"

La entrada de 114 personas en la residencia del embajador belga en La Habana, la mayor de la historia después de los sucesos de la Embajada del Perú, en. 1980, donde se refugiaron mas de 10.000 personas, se produjo el sábado al mediodía mientras el embajador se encontraba con su familia en la playa. Según testigos presenciales, el grupo de hombres, mujeres y niños entró por la puerta principal de la residencia o saltando la verja. Alguno de los refugiados mostró un cartel desde el jardín en el que se podía leer "Abajo Fidel".

Los refugiados durmieron ayer en una casa aledaña a la residencia principal de Vermeirsch, que está dentro del recinto diplomático, pero vecinos del lugar dijeron, a este diario que no vieron que ningún funcionario belga entrase a la casa con colchones ni víveres para los refugiados.

El ministerio de Exteriores belga aseguró ayer que una pareja de médicos dirige a los refugiados, pero familiares de algunos de ellos aseguran que todo fue organizado por un grupo de de rechos humanos que, se hace llamar 30 de Mayo. La existencia del citado grupo era desconocida en círculos disidentes en el interior de la isla.

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