50 escritores desembarcan en la Feria del Libro

"¡Anda, si me he dejado la novela en casa! ¿Qué hago?" exclamó una mujer de edad mediana al verse frente a la cola de gente que aguardaba a que Antonio Gala les firmase un libro. "Puedes comprar otro" le contestó su amiga. Dudó unos minutos, pero al fin se decidió y adquirió A quien conmigo va. Tener la firma de Gala bien lo valía. Es un espectáculo asistir al encuentro entre los lectores y sus escritores preferidos y ayer hubo un auténtico desembarco en la feria: más de 50, desde los más populares a los menos conocidos. Prácticamente ni uno solo de ellos se fue sin firmar al menos un libro, pero quiénes más triunfaron fueron Antonio Gala, Carmen Martín Gaite, José Luis Sampedro y Almudena Grandes.

Fue un desfile. Ni los escritores ni los lectores y curiosos se arredraron ante el sol de justicia que cayó ayer sobre el Retiro y acudieron en masa a la Feria del Libro. Julio Llamazares, Cristina Fernández Cubas, Rosa Montero, Javier Marías, Juan José Millás, Juan Madrid, José María Merino, Mario Benedetti, Adelaida García Morales, Gabriel Albiac, Juan Madrid, Francisco Umbral, Ana María Matute, Belén Gopegui... y muchos más firmaron ejemplares, recorrieron las casetas y aprovecharon para reencontrarse.No fue nada dificil localizar a los más populares. Allá donde había mogollón de gente agitando libros, estaba el famoso firmando ejemplares. Antonio Gala, el más profesional. "No sé ni cuántos he firmado. Yo no llevo la cuenta". Con su inseparable bastón, firmaba y pasaba rápidamente al siguiente cliente. José Luis Sampedro y Carmen Martín Gaite, los más enrollados. "Lo mejor de la feria es hablar con los lectores, conocerles", dijo Sampedro. Carmiña Martín Gaite estaba agradablemente sorprendida. "Es la primera feria en que los lectores me piden que les firme libros antiguos, como Ritmo lento, El cuarto de atrás o Retahílas. No sólo se interesan por mi última novela. Es como si me estuvieran redescubriendo hacia atrás. Vienen muchos jóvenes. Eso me gusta". Almudena Grandes, la más simpática. Luciendo una espléndida camiseta blanca que rezaba "Cono sin eñe es geometría", no hacia falta anunciarla. Tenía su alrededor un enjambre. "Es que en Madrid soy como la Cibeles". Firmó más de 40 ejemplares en hora y pico.

Las casetas en que estaban José María Carrascal, Fernando Vizcaíno Casas o Alfonso Ussía registraron también gran afluencia. Para ellos no es extraño, están acostumbrados a las colas. Quien sí se sorprendió y mucho fue Luis Carandell. No es un escritor de masas, pero ayer hubo aglomeraciones en su caseta: su Celtiberia show, recién reeditado 20 años después, tuvo mucho éxito. "Vienen muchos jóvenes. Habrán oído hablar a su padres". Celtiberia show fue una sección que Carandell escribió en la revista Triunfo durante mucho tiempo y de la que en los setenta se hizo una antología.

Cristina Fernández Cubas, al contrario que Martín Gaite, no halló nuevos lectores. Todos cuantos se acercaron a pedirle que les firmase su reciente libro de relatos Con Agatá en Estambul, habían leído libros suyos anteriores. Julio Llamazares y Javier Marías recibían lectores por oleadas. "No falla; en cuanto se juntan en la caseta unas cuantas personas atraen a muchas más", comentó Llamazares. Otras casetas muy visitadas ayer fueron las de las ofertas. Por ejemplo, la de Alianza en la que los populares libros a veinte duros están anunciados a 90 pesetas. O la de Plaza & Janés: "Por cada dos libros de bolsillo tiene gratis un superbolígrafo". O "con la compra de una guía de Madrid le regalamos otra de carreteras".

Por lo demás, en la feria, un auténtico circo, se puede encontrar de todo. Desde gusanos de seda (uno, 20 pesetas; seis, 100) a rapsodas que se ofrecen para leer poesía a domicilio.