El secretario general de Empleo pide al líder de CC OO que hable más de sindicalismo y menos de política

El secretario general de Empleo, Marcos Peña, aseguró ayer que los planteamientos e ideas del máximo responsable de UGT, Cándido Méndez, "son sensatas y permiten ponerse a trabajar".Por el contrario, Peña se mostró más duro con el secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, quien ha pedido la retirada del presidente del Gobierno, Felipe González. Sin citar expresamente al líder sindical, el secretario general de Empleo declaró: "Si se hablara más de sindicalismo y menos de otras cosas, sería mejor". "Yo creo que todo sindicato debe hablar de sindicalismo y cada cual debe hablar de lo suyo para resolver sus problemas", añadió.

Gutiérrez contestó posteriormente a las críticas de Peña en una conferencia de prensa y le recomendó que "ejerza bien sus funciones porque en CC OO hay suficientes cauces democráticos para ver si hacemos bien o no nuestro papel".

En unas jornadas sobre La reforma del Estatuto de los trabajadores y del procedimiento laboral, organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Marcos Peña reiteró que el mes de mayo será bueno por lo que respecta a las cifras de parados, con una clara disminución en el número de personas sin trabajo apuntadas en el Instituto Nacional de Empleo (Inem).

En este sentido, subrayó que si esta tendencia sigue durante los meses de verano y se mantiene hasta septiembre, será posible contrarrestar la probable destrucción de empleo que se producirá a partir de octubre y acabar el año con una tasa positiva de creación de empleo.

En su conferencia, Peña animó a los empresarios a aplicar "correctamente" la reforma laboral. "El éxito depende de muchos, no sólo del legislador", afirmó, "sino de los sindicatos y los empresarios". El secretario general de Empleo alabó a Convergència i Unió (CiU) por su "capacidad de consenso" a lo largo de todo el trámite parlamentario de la ley.

En este sentido, Marcos Peña destacó que la reforma laboral ha sido el primer cambio estructural aprobado por un Gobierno que no cuenta con la mayoría absoluta.