Espartaco: "Ahora toreo para ser feliz"
Vuelven Manzanares y Javier Vázquez, triunfadores de 1993
Juan Antonio Ruiz, Espartaco, que acude ininterrumpidamente a la feria de San Isidro desde 1981, afirma que por fortuna las circunstancias en su carrera han cambiado mucho en estos casi tres lustros: "Entonces toreaba buscando cortar orejas todas las tardes, buscando llegar a figura; ahora toreo para ser feliz conmigo mismo". No obstante, el de Espartinas afirma que eso no significa relajación: "Saldré a ganarles la partida a ManzanaresJavier Vázquez, como ellos harán contra mí".
A sus 31 años y tras haber logrado una marca histórica, ser el único matador que ha encabeza de el escalafón en ocho temporadas, Espartaco bromea diciendo que ya no está "para esos trotes de pelearse por ser el que más torea: Eso queda para los jóvenes como Ponce y Jesulín". Luego añade que su obsesión actual es ser el que más torea en calidad, y no en cantidad, "aunque no reniego de mi etapa anterior, gracias a ella me puedo permitir hoy el lujo de torear para mí".
Antes de ahondar en esta cuestión de su nuevo estilo, recuerda que en 1993 sólo hizo el paseíllo en 53 tardes -menos de la mitad de las 110 en que actuó Ponce, que lideró el escalafón-, y pese a que le hicieron más del doble de propuestas.
En cuanto a sus nuevas maneras, Espartaco puntualiza que ahora se recrea más procurando torear con arte y con la máxima pureza: "En definitiva no verme presionado a estar pendiente del público para que luego éste pida los trofeos, sino intentar hacerlo muy despacito, con mucho gusto, disfrutando y saboreando cada muletazo". Agrega que eso no significa un desprecio a los espectadores, "que siempre llevan razón"; ya que se ha dado cuenta que con ese tipo de toreo cala en ellos tanto o más que antes.
Tampoco olvida un detalle estadístico, el de la regularidad, "pues raro es el año que no corto una o varias orejas en Madrid; y aquí sí que gusta por encima de todo el buen toreo". Por último, y tras destacar la enorme tensión con que vive siempre las vísperas de hacer el paseíllo en la plaza de Las Ventas, insiste en su filosofia de que el público siempre tiene razón. "Incluso ese sector duro de Madrid, que tanto me exige, y con cuyas opiniones no suelo coincidir, pero que está en su derecho y respeto una enormidad".
Sus dos compañeros de cartel, Manzanares y Javier Vázquez, fueron los únicos matadores de toros que salieron a hombros en la feria de 1993. Éste actuará lesionado en su brazo derecho, donde se cortó el martes durante su actuación en Getafe, por lo que hubo quedarle doce puntos de sutura. Para el festejo fueron rechazados ayer dos toros por los veterinarios, aunque el ganadero traerá hoy más.
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