Los Gobiernos de Japón y Estados Unidos se comprometen a evitar un conflicto comercial

Los Gobiernos de Japón y Estados Unidos alcanzaron ayer un acuerdo, muy limitado aún, pero suficiente para despejar el peligro de un conflicto comercial y válido para iniciar el camino que permita reducir el fuerte superávit nipón. El compromiso, anunciado simultáneamente en Washington y Tokio, consiste en la apertura de negociaciones para medir con criterios objetivos y precisos el acceso de los productos norteamericanos al dificil mercado japonés. "Éste es un compromiso firme", dijo el representante de Comercio norteamericano, Mickey Kantor.

El presidente Bill Clinton, que había suspendido las negociaciones en febrero pasado, conversó ayer por teléfono con el primer ministro japonés, Tutsomo Hata, para intercambiar datos sobre el acuerdo alcanzado. "Los dos están de acuerdo", afirmó Kantor al informar sobre esa conversación, "en que esto demuestra que podemos resolver nuestros problemas y fortalecer nuestras relaciones, así como avanzar ahora rápidamente en la dirección correcta".Ambos Gobiernos tenían prisa por poner fin a sus hostilidades de tres meses. Ambos países querían tranquilizar el ambiente económico internacional antes de la reunión del Grupo de los Siete, el próximo mes de julio. Ambos hicieron, por lo tanto, un esfuerzo por entenderse y ambos admitieron concesiones.

Los representantes de Japón aceptaron que se establezca un mecanismo por el que se pueda determinar con exactitud la penetración de los productos de Estados Unidos en las cinco áreas cubiertas por la negociación: automóviles, repuestos de automóviles, seguros, equipos médicos y telecomunicaciones. Este país, por su parte, renunció a fijar cuotas precisas de importaciones norteamericanas por parte de Japón. Y, lo que es más importante, renunció también a aplicar sanciones económicas, contra los japoneses si no se detectan progresos en ciertas áreas, siempre que sí se produzcan avances en otras.

El acuerdo conseguido no establece todavía esos criterios de forma precisa. Lo que se ha logrado, después de cuatro días de conversaciones en Washington, es el compromiso de volver a negociar formalmente sobre el asunto. Si finalmente se alcanza un acuerdo en los términos en los que se pretende, Estados Unidos podrá medir, por ejemplo, cuántas tiendas japonesas ofrecen coches norteamericanos y en cuántas ciudades. Lo que no podrá es garantizar que se tenga que vender una cantidad determinada de ellos.

En cada área sujeta a control se establecerán media docena de indicadores con los que los norteamericanos sean capaces de comprobar si sus productos están compitiendo en condiciones de igualdad con los japoneses. Pero no será necesario que el resultado sea positivo siempre en todos esos indicadores para que el acuerdo siga en vigor.

Mickey Kantor informó que el acuerdo abarca un compromiso por parte de Japón para introducir cambios macroeconómicos -incluidas medidas fiscales- que favorezcan un crecimiento sostenido y que permitan un incremento de la demanda interna en ese país. Asimismo, los negociadores, que tienen previsto iniciar formalmente los contactos la próxima semana, pretenden extender las conversaciones a otras áreas no discutidas todavía.

Algunos expertos ven con serias reservas la posibilidad de que Estados Unidos renuncie a las sanciones si no se producen avances en todos los sectores.