_
_
_
_

El I Congreso Gitano de la UE se cierra con una advertencia sobre el fuerte avance del fascismo

Los participantes rechazan que se asocie su cultura con la marginalidad y la miseria

Los planes de educación han de contemplar explícitamente la identidad de la etnia, gitana, sin estereotipos y tópicos; la cultura romaní no se identificará siempre con la de la marginalidad. Ésas son las principales conclusiones, junto con una advertencia sobre el aumento del racismo y la multiplicación de los grupos fascistas, del I Congreso Gitano de la Unión Europea, que clausuró ayer el presidente del Gobierno, Felipe González. Durante cuatro días, gitanos de Europa han analizado en Sevilla los problemas de esta minoría y las políticas sociales y de libertades públicas.

Han sido unos día extenuantes. El todo gitano reclutable se desplazó a Sevilla para concentrar en un foro único las múltiples combinaciones de la realidad de esta etnia, históricamente mal recibida por la intoleracia de las sociedades. Gitanos médicos y filólogos, gitanos periodistas, gitanos políticos, gitanos rubios y patriarcas de bastón y sombrero. El congreso se ha traducido en un batiburrillo de nacionalidades e idiomas unidos por un origen común: la sangre. No, había precedentes, pero anhelan que haya un provechoso desenlace.Con ponencias y estudios, la población gitana se ha quejado de la ignorancia de su cultura, del analfabetismo de sus gentes, de la desprotección, de la falta de respeto a los modos de vida, de los prejuicios y del rechazo. En el mundo dicen que son 12 millones, en Europa tres, y en España las cifras no casan. Algunos cuentan 900.000 y otros 600.000. El número exacto es difícil de determinar, porque una parte de ellos se pierde en los entresijos de la capas sociales y otra, la marginada, en el laberinto de una mastodóntica burocracia, salpicada de formularios.

No a los chabolistas

La presencia de este último grupo en el congreso se redujo a los textos. Los organizadores, encabezados por el eurodiputado socialista Juan de Dios Ramírez Heredia, rechazaron la entrada de una veintena de chabolistas que pretendían dar testomino de una verdad de podridos suburbios y vida entre la basura. Vara en mano, los patriarcas tocados con sombrero y media docena de gitanos licenciados disiparon la pequeña concentración, al tiempo que acusaron a los asistentes sociales de Derechos Humanos que les acompañaban de manipular sus voluntades. "La fotografía es ésta", irrumpió Ramírez Heredia, mientras señalaba pon el índice a un chico vestido con impecable traje azul: "Un gitano filólogo, no la de siempre, la miseria".

Los instrumentos para el cambio social se han recopilado en centenares de folios y resumido en las conclusiones, que se centran en demandas muy concretas. Una de ellas es la recomendación a los Estados miembros de la UE para que adjunten a la Convención Europea de Derechos Humanos un protocolo adicional sobre las minorías, en el que se incluya al pueblo gitano de forma explícita como minoría nacional. También la creación de un centro europeo gitano para investigación y formación, que sirva para que las organizaciones romaníes "puedan tratar con las autoridades comunitarias todos los temas de ámbito político, social y cultural".

Limpieza étnica

El acto de clausura de ayer fue una ceremonia de exorcismo contra, la pujante xenofobia de Europa. Felipe, González, que leyó un dircurso como colofón, admitió: "A los que no somos gitanos nos cuesta darnos cuenta de hasta qué punto podemos ser ofensivos". Después conminó a los gitanos a buscar un equilibrio entre la defensa de sus señas de identidad cultural y el progreso de la sociedad moderna, y dijo que las tradiciones no se pierden por buscar la integración. El presidente de la Unión Internacional Romaní, el sociólogo y periodista Rejko Djurich, alertó sobre la situación del casi millón y medio de. gitanos ex yugoslavos que han tenido que huir de la limpieza étnica.

Por la noche, se celebró un festival en el auditorio de La Cartuja en el que participaron más de 20 artistas gitanos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_