Europa garantiza al menos dos operadores del teléfono móvil por país
Apuesta comunitaria por la competencia para bajar los precios
Más de siete millones de abonados al teléfono móvil en Europa -el doble que hace sólo tres años- dan cuenta del éxito de esta modalidad de comunicaciones en plena crisis económica. Acaba de comenzar una chispeante guerra de precios en el Reino Unido y Francia y por todas partes se multiplican los síntomas de crecimiento. En este contexto, la Comisión Europea está discutiendo un documento que garantiza "por lo menos dos operadores" para cada uno de los sistemas de telefonía móvil en cada país.
En la modalidad GSM, que es la tecnología más avanzada, están concedidas o previstas dos licencias en todos los países de la Unión -excepto Luxemburgo-, así como en Finlandia y Noruega, ambos de inmediata incorporación.La ruptura de los monopolios ha hecho desenterrar el hacha de guerra a las empresas que compiten donde eso ya es legalmente posible, lo cual no es todavía el caso de España. Y el hecho de que la batalla haya estallado allí donde existe competencia permite anticipar el futuro, como quien ve una película en el extranjero antes de que llegue a los cines del barrio.
Así, en el caso del Reino Unido, un ciudadano tiene tres posibilidades a la hora de contratar el servicio de telefonía móvil: hacerlo con Cellnet, filial de British Telecom -el antiguo operador público, hoy privatizado-, o bien contratar con las compañías Mercury o Vodafone. La guerra de ofertas incluye llamadas gratuitas durante los fines de semana, en el caso de Mercury, y precios muy distintos según las horas en que se use el teléfono.
También en Francia están bajando los precios de los abonos al servicio y el coste de los aparatos. La causa principal es, la feroz competencia entre France Telecom -el organismo público que opera una de las licencias de telefonía móvil- y la empresa privada SFR, cuyos accionistas son, entre otros, la Compagnie Générale des Eaux y la telefónica norteamericana BellSouth.
Este operador privado ha lanzado una gran campaña para atraer clientes: ofrece -en Francia- hasta dos horas de llamadas gratuitas por mes para todo el que se abone al sistema digital GSM.
En el caso de España, la telefonía móvil permanece como un monopolio de la Telefónica. Y eso que esta compañía, el 11 de abril, hizo el gesto de abaratar la cuota de enganche al servicio MoviLine, desde las 28.750 pesetas que cobraba hasta las 11.500 que percibe en la actualidad.
Donde no hay competencia, los monopolios mantienen precios altos: abonarse cuesta en Italia 17.000 pesetas. Expertos del sector creen que la telefonía móvil se extenderá más que la fija cuando el equipo y la conexión no cuesten más de 40.000 pesetas, la mitad que ahora.
Recientemente se ha concedido en Italia la segunda licencia para telefonía móvil a un operador privado. En España, cuyo número de abonados es similar al de los países pequeños de la Unión, aún se discute cómo dar una licencia de telefonía móvil al sector privado.
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