El Ramón y Cajal abre una investigación ante las reiteradas denuncias de irregularidades

El hospital Ramón y Cajal ha decidido finalmente iniciar una investigación interna que aclare seis meses de informaciones contradictorias sobre las operaciones que se realizan en el servicio de cirugía cardiaca. La propia junta de personal del centro volvió a exigirla ayer, aunque tranquilizó a los pacientes asegurando que la situación "es de absoluta normalidad". La ministra de Sanidad, que ayer hizo declaraciones sobre este tema, responderá hoy en el Congreso a las graves acusaciones del PP sobre presunta financiación ilegal de los hospitales del Insalud.

Tanto la junta de personal del Hospital Ramón y Cajal, como los médicos de la junta técnico-asistencial mostraron ayer su malestar por la situación de "alarma social" que han creado las distintas informaciones sobre presuntas irregularidades en el servicio de cirugía cardiaca. Las consecuencias se han reflejado en el temor manifiesto de los pacientes en tratamiento. "Hacemos un llamamiento a la tranquilidad de los pacientes del hospital, ya que los hechos aparecidos en los medios de comunicación hay que investigarlos y contrastarlos", dice la junta de personal.Ambas juntas hospitalarias admiten haber recibido denuncias sobre el funcionamiento del citado departamento por parte del jefe del servicio, hoy destinado en el hospital Doce de Octubre, de Madrid. Pero lamentan que no hayan tenido acceso, hasta la fecha, a ningún documento justificativo de tales irregularidades.

Mientras tanto las denuncias y desmentidos se cruzan. Diario 16 insistió ayer de nuevo en la intervención hecha por un médico en formación consistente en "quitar un balón de contrapulsación", para avalar la acusación de que médicos en prácticas están haciendo en solitario operaciones de alto riesgo. La técnica consiste en la introducción de una especie de bomba en la aorta para ayudar al corazón, generalmente tras otra intervención quirúrgica. Los cardiólogos consultados discrepan sobre si esta intervención de retirada del balón puede realizarla un médico en prácticas o si requiere "una persona muy entrenada".

La ministra de Sanidad Ángeles Amador anunció ayer en declaraciones a la agencia Efe, la apertura de una investigación interna para averiguar la veracidad de estas afirmaciones "tan graves, que sin duda salen del propio hospital, aunque desconozco a que se deben":

Amador comparecerá hoy en el Congreso para contestar las graves acusaciones vertidas por el PP sobre presunta financiación ilegal de los hospitales del Insalud. El rechazo total a dichas acusaciones ha sido ya realizado por los tres hospitales relacionados con las cuentas "sospechosas" aludidas por el portavoz de Sanidad del PP, Enrique Fernández Miranda.

El comité ético de investigación clínica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (CEIC), informó ayer que desde febrero de 1991 hasta diciembre de 1993 el centro ingresa en la cuenta a nombre de Amigos del Hospital Universitario San Carlos -a la que pertenece el rector de la Complutense Gustavo Villapalos cantidades entre las 25.000 y las 50.000 pesetas provenientes de los laboratorios que financian los ensayos clínicos. "Es absolutamente falso que los médicos que realizan ensayos clínicos déean abonar cualquier cantidad", afirma el comité.

Según el CEIC este dinero se cobra por los trámites que exige la evaluación del ensayo, y ha revertido integramente en proyectos y premios de investigación del hospital. Con fecha de ayer el saldo era de 24.502 pesetas. Desde febrero de este año existe una cuenta específica para este tipo de actividades en todos los hospitales del Insalud, también en el Clínico, cuya cifra coincide con la que Fernández Miranda atribuyó a la Fundación de amigos del hospital. Sobre si la practica llevada hasta ahora es legal o no, responde el director provincial del Insalud, Antolín Rodríguez: "Ha sido una salida transitoria para efectuar ingresos por investigación antes de que se hubiera regulado por ley"'. La regulación de los ensayos clínicos y su financiación mediante contratos con los promotores se hizo por real decreto en mayo de 1993.

La cuenta de la Fundación de amigos del Doce de Octubre se cerró en junio de 1993 con un saldo de 1.100.000 pesetas que coincidía con los talones entregados a los ganadores de los premios de investigación concedidos ese año, según Antolín Rodríguez. Finalmente sigue abierta la correspondiente al Ramón y Cajal, con un saldo de 172.000 pesetas, y sin movimientos en los últimos años, según el gerente del centro.