La historia aparcada
La constructora de un estacionamiento entierra en hormigón el 'bunker' donde se refugiaban los vecinos en la guerra
El futuro garaje de la colonia Ciudad Parque de Aluche, situado junto al kilómetro 6,400 de la carretera de Extremadura, tendrá 204 plazas de aparcamiento y bunkers de la guerra civil. Moguerza, SA, la constructora que lleva a cabo los trabajos, ha encontrado ya uno de los fortines, a unos dos metros de profundidad. Sin embargo, sus responsables no quieren convertir el estacionamiento en un museo. A los pocos días del descubrimiento, enterraron el fortín bajo una capa de hormigón.
El descubrimiento ha servido para desenterrar viejas historias que aún recuerdan los primeros pobladores del barrio. Los viejos de la zona contemplan las obras con la soberbia del espectador que ve por segunda vez una película: se conocen el final. Los ancianos advierten que, en los próximos días, en la obra "se van a topar con más sorpresas". El bunker descubierto formaba parte de toda una familia de fortificaciones.
Durante la Guerra Civil, el Ejército republicano levantó, a cada lado de la carretera, tres construcciones para defender la entrada a la capital. "Pero los soldados las utilizaban muy poco, porque siempre estaban llenas de vecinos,aterrorizados", recuerda Josefa Marina Teresa, de 79 años, que habita una casa baja justo detrás del aparcamiento.
La aparición de este refugio subterráneo despertó hace unos días cierta alarma entre el vecindario de la avenida del Padre Piquer. "Los ancianos dicen que junto a los refugios había un polvorín", relatan los vecinos. Esta zona de los extrarradios de Madrid fue duramente bombardeada por la aviación nacional, que tenía su base en el aeródromo de Cuatro Vientos. "Caían las bombas por todas partes. Todos los fortines tenían profundas marcas de metralla", rememora Josefa Marina.
Vivienda familiar
A pesar de la inicial alarma surgida entre el vecindario, ni la policía ni los bomberos han encontrado restos de munición en la zona.Al acabar la guerra, los seis refugios, comunicados entre sí por túneles, fueron utilizados como vivienda por una familia del barrio. "Cuando esa familia dejó los fortines, los críos de aquellos años los estuvimos utilizando como escondite", comenta la vecina Pilar Muñoz. A principio de los años sesenta, al ser urbanizada la zona, los bunkers desaparecieron bajo los nuevos bloques de viviendas que surgieron en el barrio.
"La caja de ahorros construyó casas sobre los refugios: utilizaron su estructura como cimientos. Ni siquiera se dignaron a hacer sótanos", asegura Fernando Rodríguez. "Por eso, cada vez que la constructora del aparcamiento toca el bunker para hacer el aparcamiento, las casas tiemblan", comenta el vecino.
Cada uno de estos fortines, de unos 20 metros de diámetro, cuenta con un túnel de acceso de aproximadamente un metro de longitud. Estas construcciones militares contaban con cuatro aspilleras (aberturas en el muro) para colocar las ametralladoras. "Las paredes eran de más de un metro de grosor y estaban construidas en cemento", recuerda la vecina Margarita Félix, de 65 años.
Enrique de la Cueva, arquitecto técnico de la constructora, declara: "Hemos tapado con cemento el bunker encontrado para no causar más molestias. Este descubrimiento reduce en unas diez plazas la capacidad del garaje
Un vecino añade: "Lo que no saben es que, cuando excaven un poco más, se van a encontrar con una auténtica línea Maginot. Y no podrán derribarla porque son los cimientos de nuestras casas. A ver cómo lo arreglan", termina un vecino.
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