La Casa Blanca denuncia una ola de "canibalismo político" contra Clinton
La Casa Blanca considera que el presidente Bill Clinton es víctima de una ola de "canibalismo político", desatada también en otros países y expresada fundamentalmente a través de emisoras de radio y periódicos de carácter sensacionalista -pero con eco en medios de comunicación serios-, que puede surtir efecto a medio plazo. La campaña, según la Casa Blanca, pone en peligro la posibilidad de que el presidente estadounidense haga llegar a los ciudadanos sus verdaderos logros como gobernante.
"En esta sociedad se ha desatado una especie de canibalismo político que destruye toda crítica decente y civilizada al Gobierno. Creo que otros países están haciendo frente también a este problema. Personalmente siento un gran pesar por el perjuicio que se le hace al juego justo, al juego abierto. Han aparecido verdaderos cazadores que dicen en los programas de radio cosas dificiles de imaginar", afirma, en una conversación con un grupo de periodistas europeos, un alto funcionario de la Casa Blanca que prefirió no ser identificado.La Casa Blanca expresa su malestar por la actuación de algunos medios de comunicación que recogen los continuos escándalos financieros y sexuales que, desde el comienzo de su presidencia, han rodeado la gestión de Bill Clinton. El más importante de ellos, conocido como Whitewater, está todavía sujeto a investigación por parte de un fiscal especial. Y el último, la denuncia por acoso sexual presentada por Paula Jones, puede obligar al presidente a tener que declarar ante un tribunal.
Estos escándalos han merecido especial atención por parte de algunos programas de radio, de gran impacto y seguimiento, muchos de los cuales están dirigidos por comentaristas de clara orientación derechista, particularmente el más famoso de todos, el que conduce Rush Limbaugh.
"Me es difícil recordar a alguien que haya estado sometido a semejante clase de ataques personales. La gente escarba sobre cosas que ya nadie sabe ni cómo pasaron", dice la fuente citada. "Yo creo que, con el tiempo, si continúa esta clase de asalto, por supuesto van a tener repercusión. ¿Es bueno que los colaboradores del presidente dediquen su tiempo a manosear cada documento que sale? Eso es insano. ¿Quiere decir esto que no se pue de gobernar? No. Yo creo que la respuesta debe ser seguir adelan te y ser un presidente activo. En la niebla de todos estos ataques personales, Bill Clinton puede seguir haciendo algo en política exterior, en reforma sanitaria, en la prohibición de armas de asalto...".
El funcionario de la Casa Blanca cree que, pese a todas las críticas sobre las cualidades personales de Clinton, el presidente "ha demostrado su carácter y su valor al afrontar un montón de temas que otros políticos de este país habían sido incapaces de afrontar antes. Eso es lo que define el carácter de un presidente".
"Creo que continuará haciendo eso", añade la misma fuente, "y creo que, aunque todos estos ataques personales continúen, es por sus logros por los que será recordado".
La fuente reservada afirma que todo el entorno político se ha enrarecido extraordinariamente en los últimos años. "Esto se ha convertido en un sistema en el que se critica a la gente indiscriminadamente... por publicidad, por insinuaciones, por falsos rumores, por falsas acusaciones... y se obliga a retirarse a gente buena para el servicio público. Comparado con 10 años atrás, ahora es difícil encontrar gente que acepte asumir un cargo público".
"La presa sensacionalista", añade, "ha cambiado la naturaleza de la información. El problema con ese tipo de periódicos y la prensa seria es que crecen las tentaciones de estos últimos de escribir sobr e lo que está escribiendo la prensa sensacionalista. Creo que es correcto hacer preguntas sobre Whitewater, pero la forma en que fue tratado el caso de Vince Foster [el funcionario de la Casa Blanca amigo del matrimonio Clinton que se suicidó el año pasado] es propio del sensacionalismo". "No es justo decir, sin embargo, que todo es culpa de la prensa, porque tenemos otras instituciones, gente que pretende ser la prensa, que inyecta más sangre todavía".
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