Las joyas de Magnum, a subasta
Christie's no consigue vender los 125 lotes de fotografías de la mítica agencia
Marilyn Monroe reinó de nuevo ayer en una de las salas de subastas de Christie's, en Londres. La imagen de la actriz -una sonriente, bella y sencilla Marilyn vestida con un conjunto vaquero- tomada por Eve Arnold en Reno (Nevada) en 1961, en uno de los descansos del tormentoso rodaje de Vidas rebeldes, obtuvo el precio récord de 6.325 libras (más de 1.265.000 pesetas). Era la primera vez que la mítica agencia y cooperativa de fotógrafos Magnum, creada en 1947 por iniciativa, entre otros, del intrépido Robert Capa, se decidía a desprenderse de una parte de sus originales en pública subasta antes de afrontar una reconversión tecnológica en sus archivos.Más de 125 lotes con imágenes de 52 fotógrafos de primera fila, entre ellos los grandes reyes de la cámara: Capa, Eve Arnold, Henri Cartier-Bresson, Inge Morath o Erich Hartmann, además de Sebastiao Salgado, se ofrecieron ayer en venta. Precios para casi todos los bolsillos. De 200 a 5.000 libras. Un repaso a la historia de los últimos 40 años y una radiografía de Magnum, a través de sus grandes y medianos genios. Sin embargo, un tercio de las imágenes no llegaron a venderse, y Christie's hubo de conformarse con un saldo de 18 millones de pesetas por las ventas.
En los lotes había un poco de todo. Imágenes de Pablo Picasso con su hijo Claude, del asesinado presidente John F. Kennedy, de los mineros de Sierra Pelada, de Grace Kelly y, sobre todo, de Marilyn Monroe, el rostro y la figura más amados por los fotógrafos a juzgar por lo visto ayer. No menos de cinco versiones de Marilyn se ofrecieron a la venta: las de Cartier-Bresson, la propia Eve Arnold, Inge Morath, Capa, y Philips Halsman. Para Bruce Bernard, autor de los textos del catálogo, sólo Arnold y Cartier-Bresson consiguen transmitir la dimensión tierna y humana del gran mito erótico de los años cincuenta a través de su cámara.
En la sala, gente elegante abanicándose suavemente con los catálogos y fotógrafos, muchos fotógrafos, aunque muchos de los compradores sólo estuvieron conectados por teléfono con la sede de Christie's, en King Street. En la clasificación de precios, y muy por debajo de la imagen de Marilyn Monroe, se situaron las alumnas de la escuela de ballet del Bolshoi, vistas por la cámara de Cornell Capa, que pasó a formar parte de Magnum en 1954. Un anónimo aficionado pagó algo más de 600.000 pesetas por el original de gelatina de plata, firmado por el autor. Cantidades semejantes se pagaron por obras de Guy Le Querrec, Sebastiao Salgado y Cartier-Bresson. La versión esquinada que tomó Erich Lessing del presidente francés Charles de Gaulle, en 1958, durante una visita a Argelia, duplicó también su modesto precio de salida y se vendió por algo más de 100.000 pesetas.
En poco más de una hora desfiló el mundo, un mundo algo irreal aunque magníficamente estético, por las manos de los empleados de Christie's. En el tiempo de las fotocopiadoras, la transmisión por láser y la imagen en movimiento, la subasta demostró al menos que todavía hay un sitio para los originales. Sobre todo si los firma Magnum.
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