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La empresa regional que 'fabrica' Tres Cantos, demandada por 1.400 millones

José Manuel Romero

Una de las sociedades del INI de Joaquín Leguina se tambalea acosada por las deudas y las denuncias de mala gestión. La entidad autonómica Tres Cantos, SA -dedicada a fabricar la nueva ciudad segregada de Colmenar Viejo-, ha acumulado ya unas deudas de 3.865 millones y además afronta el peligro de pagar los 1.400 millones contantes y sonantes que le reclama judicialmente la empresa Boninsa.El conflicto -con muchas ramificaciones- parte de la obligación de Boninsa de construir un centro comercial y un hotel en dos parcelas compradas a Tres Cantos, SA, en 1991 por 1.000 millones y que debían reunir unas condiciones determinadas.

Tales circunstancias no se han cumplido: el aparcamiento subterráneo bajo el futuro centro comercial no se ha hecho, y el hotel, en principio rodeado de modernos edificios institucionales, se quedaría aislado porque el nuevo Ayuntamiento y el centro de cultura se han ido a otro lugar. Así, Boninsa se siente estafada y reclama que le devuelvan el dinero, con intereses, gastos, daños y perjuicios. Pero eso es sólo el principio.

De momento, este enredo, con mucho dinero de por medio, le ha costado ya el cese al gerente de Tres Cantos, SA, Luis Sierra, destituido el pasado 18 de marzo mediante una durísima carta de despido, que obra en poder de EL PAÍS, y que contiene las siguientes acusaciones (tras las que se expone claramente la imputación de trato de favor a la constructora Boninsa).

PASA A LA PÁGINA 3

Tres Cantos, SA, inventa un 'hiper' y tres torres de 13 plantas para tapar su 'agujero'

VIENE DE LA PÁGINA 1

- Entregar pagarés -compromisos de pago- a la empresa Boninsa por valor de 188 millones de pesetas para que, con respaldo en ellos, la inmobiliaria pudiera conseguir de los bancos una cantidad similar con la cual abonar el último plazo de las parcelas del hotel y del centro comercial a Tres Cantos, SA.

- Firmar un contrato con Boninsa en el que la citada inmobiliaria no tenía ninguna obligación de construir en un plazo determinado, mientras que la empresa Tres Cantos se comprometía a conseguir una autorización de Renfe -la estación del tren está pegada a la parcela del centro comercial- necesaria para construir este complejo, o a devolver el dinero pagado por Boninsa. [Ese permiso de Renfe nunca llegó, lo que da fuerza a la reclamación de Boninsa.]

- Asumir el coste del aparcamiento subterráneo del centro comercial que necesitaba construir Boninsa, 125 millones de pesetas. [Cuando se vende la parcela a Boninsa no es necesario el aparcamiento porque sirve para el centro comercial el previsto como disuasorio junto a la estación de Renfe. La compañía ferroviaria niega su uso para el centro comercial, y Boninsa rehúsa financiar el subterráneo pero Luis Sierra asume entonces el coste.]

Todas estas operaciones fueron firmadas y contratadas por Sierra sin consentimiento del Consejo de Administración de Tres Cantos, SA.

Si Luis Sierra hubiera decidido aceptar la reclamación de Boninsa y devolverle sus 1.000 millones por haber incumplido Tres Cantos, SA, sus compromisos en relación a las dos parcelas, no habría podido hacerlo: ésa y otras cantidades ingresadas por venta de suelo habían sido transferidas a Arpegio, otra empresa pública de la Comunidad de Madrid que promueve polígonos industriales (Gran Sur Metropolitano) y parques empresariales (Ciudad del Cine).

"La gestión de Tres Cantos, SA, ha sido nefasta en los tres últimos años", recalca el alcalde de la localidad, José Luis Rodríguez Eyré, del partido Tres Cantos Unido, que gobierna coligado con el PSOE.

Acta de conciliación

Adolfo Quirós, gerente de Boninsa, aseguró ayer a este periódico que ha presentado una demanda judicial para celebrar un acto de conciliación con los gestores de Tres Cantos, SA: "Nos sentimos estafados. Queremos que nos devuelvan los 1.000 millones invertidos y otros 400 por intereses, daños y perjuicios. Y que se queden con sus parcelas". A su vez, Tres Cantos, SA, también ha presentado una denuncia para invalidar el acuerdo por escrito que firmó el anterior gerente, Luis Sierra, con Boninsa.

Oswaldo Román, presidente de Tres Cantos, SA, y viceconsejero de Política Territorial, explica: "Tengo la sensación de que Boninsa se aprovechó de Luis Sierra, que atravesaba una situación angustiosa por sus problemas de gestión". Y Quirós replica en nombre de Boninsa: "Es falso, hemos sido estafados por el señor Sierra y por el señor Román. Nos vendieron la parcela para hacer el centro comercial sin decirnos que era necesario construir un aparcamiento subterráneo. Y nos vendieron otro terreno para el hotel con la garantía de que alrededor se construiría el nuevo Ayuntamiento y el centro cultural. Y nada de eso se ha hecho. Estamos preparando una demanda por estafa contra los responsables del Consejo. de Administración y queremos que nos devuelvan el dinero y se queden con el suelo". Román contesta: "Vamos a ser muy escrupulosos con Boninsa y aplicaremos la legislación a rajatabla". Y añade una frase con tintes de insinuación: "Seremos muy firmes con unos empresarios que hablaban de Tres Cantos, SA, como si fuera una sociedad muy próxima a ellos".

Del nombramiento de Luis Sierra, el gerente destituido y principal culpable, según todos los consultados, de la situación creada con Boninsa, nadie quiere responsabilizarse. Oswaldo Román asegura que la elección fue responsabilidad de Arpegio. Enrique Jiménez Larrea, gerente de Arpegio, lo niega: "El nombramiento lo hizo el Consejo de Administración. Sierra era un hombre experto en gestión de empresas, y ahora me temo que recurrirá su destitución".

Oswaldo Román expone, a su vez: "Yo no le conocía. Tan sólo le vi cuatro veces en dos años. Cuando Joaquín Leguina [presidente de la Comunidad de Madrid] firmó en junio del año pasado el último convenio con el alcalde para rematar Tres Cantos con los equipamientos que aún faltaban -el Ayuntamiento, la casa de la cultura y la tercera fase del parque central-, le dije a Sierra que en seis meses quería ver avances en la gestión de suelo. Pero no tenía capacidad de gestión suficiente para convertir los terrenos en dinero", explica Román. "Además, un hombre de mi equipo, Javier Oro, me comunicó en octubre que Sierra había firmado un acuerdo con Boninsa muy poco favorable para los intereses públicos de la empresa".

"Ya no trabajo allí"

Este periódico llamó a Luis Sierra para conocer su versión de los hechos, pero el ex gerente, muy lacónico, no quiso opinar sobre su despido: "Ya no trabajo en esa empresa. Nunca he hablado con periodistas, y mucho menos lo voy a hacer ahora. Muchas gracias por llamar".

El Consejo de Administración de Tres Cantos, SA, decidió el viernes pasado dar un empujón a la venta de los terrenos públicos de su propiedad -desde hace tres años nadie le compra un metro cuadrado de suelo- para resolver sus problemas financieros. Para ello, cambió de uso urbanístico las parcelas destinadas a oficinas (224.000 metros cuadrados), de modo que se pudieran construir en ellas 1.200 viviendas -la mayor parte de ellas distribuidas en tres torres de 13 plantas- y un gran centro comercial y de ocio de 30.000 metros cuadrados (con tiendas y cines). El pleno que celebró ayer la corporación de Tres Cantos autorizó esta operación, con los votos en contra de IU y PP.

Decenas de tricantinos abuchearon ayer a su alcalde, José Luis Rodríguez Eyré (de Tres Cantos Unido), y a todo el equipo de gobierno (TCU-PSOE) tras adoptar el acuerdo, que generará unas plusvalías de 8.500 millones de pesetas.

Los planes parciales vigentes de 1985 y 1989 diseñaron una ciudad "cómoda, amplia y compuesta por chalés o edificios no superiores a cinco plantas". También se fijó un límite no superior a las 10. 000 viviendas. Los vecinos protestaron antes y después del pleno contra el incremento de viviendas aprobado: tres torres de 13 alturas, seis torres de ocho, cuatro de seis, que suman unas 1. 198 nuevas viviendas, un complejo comercial de 30.000 metros cuadrados frente a la estación, un ayuntamiento y una casa de cultura.

Tampoco la oposición vio ayer con buenos ojos la propuesta municipal, ya que "Tres Cantos, SA, prevé obtener 10. 000 millones y sólo se ha comprometido a invertir en la ciudad por valor cercano a los 3.000 millones, lo único que sería empleado en la construcción del ayuntamiento y la casa de cultura".

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