Los jueces italianos retiran el pasaporte a Craxi y detienen a un ex ministro
Las investigaciones sobre corrupción en Italia volvieron ayer a la actualidad. La magistratura de Milán ordenó que le sea retirado el pasaporte al ex secretario del Partido Socialista Italiano (PSI), Bettino Craxi, en tanto que la magistratura de Nápoles ordenaba la detención del ex ministro de Sanidad Francesco de Lorenzo. Éste fue detenido, según confirmó su abogado. Craxi, al parecer, se encontraba en el extranjero.
Craxi estaba hace dos semanas en Hamamet (Túnez) donde tiene una villa y su mujer ha obtenido incluso la residencia. En dicha localidad fue entre vistado por varios periódicos italianos. Pero otras fuentes afirmaron haberlo visto en París por las mismas fechas. En sus entrevistas, el ex secretario socialista se mostraba poco inclinado a regresar a Italia sin garantías de que tendría un proceso justo. Ahora, si Craxi no aparece en un tiempo breve, la magistratura emitirá una orden internacional de captura.La retirada del pasaporte de Craxi era esperada desde que, hace una semana, los jueces adoptaran la misma medida contra otros 15 ex diputados, entre los que se encuentra Claudio Martelli, que fue el delfín del ex líder socialista.
La medida cautelar, en previsión de la fuga del implicado, deriva inicialmente de la investigación Manos Limpias. Pero en la tarde de ayer, la misma audiencia de Milán acogió también otra petición de retirada del pasaporte de Craxi por su presunto concurso en la quiebra del Banco Ambrosiano. El ex líder socialista está acusado de haber recibido en una cuenta suiza un pago de dicha entidad, por indicación del ex jefe de la logia masónica P-2, Licio Gelli.
Craxi declaró precisamente ayer, a través de su abogado, que su implicación en el caso Ambrosiano es "totalmente infundada", pues sería como si una entidad benéfica que hubiera recibido una donación de un banco a punto de quebrar fuera posteriormente implicada en la bancarrota. No obstante, al término de la vista preliminar celebrada ayer en Milán los magistrados pidieron el procesamiento de Craxi y de otros diputados.
En cuanto a la detención de De Lorenzo, su abogado declaró: "Estoy desconcertado. No creí que, al cabo de 2.000 años, se volviera a preguntar a la turba si quiere a Cristo o a Barrabás. Para no ser blasfemo, diré sólo que administrar justicia en nombre del pueblo italiano no quiere decir hacerlo en nombre de las masas".
De Lorenzo, miembro del disuelto Partido Liberal, fue ministro de Sanidad durante la pasada década, y está investigado por presuntos delitos de asociación para delinquir, corrupción y violación de la ley sobre la financiación de los partidos. Es el octavo ex diputado italiano que ha ingresado en prisión tras la elección del nuevo Parlamento.
Pero por su relación con un sector de gran sensibilidad social, como es el sanitario, De Lorenzo es especialmente odiado. Se le acusa de haberse enriquecido manipulando el precio de los fármacos y con otros fraudes que han contribuido a hundir un sistema sanitario ya maltrecho. Hace tiempo que De Lorenzo no podía salir a la calle porque la gente "le escupía", según han informado los periódicos.
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