Bombardeos en Brcko y Tuzla reavivan la guerra entre musulmanes y serbios
La situación en Bosnia-Herzegovina se halla al borde de entrar en una nueva escalada bélica, esta vez en el norte de la antigua república yugoslava. Cuatro proyectiles de mortero estallaron ayer en la ciudad bosnia de Tuzla, de mayoría musulmana y teóricamente "protegida" por la ONU, mientras en sus alrededores las fuerzas serbias y bosnias libraban combates, según informaron ayer fuentes de las Naciones Unidas.
El ataque contra Tuzla se produjo en respuesta al bombardeo, el día anterior, por parte de las fuerzas musulmanas, de la ciudad de Brcko, ocupada por los serbios, en el que murieron tres personas. Sobre los rebeldes serbios que rodean Tuzla desde dos frentes pesa la amenaza de la ONU de una intervención militar de la OTAN si atacan cualquiera de las seis "zonas protegidas" por las Naciones Unidas. Un portavoz de la Armija (Ejército bosnio de mayoría musulmana) reconoció que sus fuerzas bombardearon el martes Brcko, a unos 50 kilómetros al norte de Tuzla, aunque indicó que la acción fue la respuesta a una provocación serbia.
Nuevo ataque
La agencia serbia Tanjug aseguró que los musulmanes repitieron anoche sus ataques de artillería contra Brcko. Según las informaciones difundidas por Tanjug, cinco proyectiles fueron disparados por carros de combate musulmanes sobre Vranovaca, una pequeña loca lidad al sur de Brcko. Anoche no había información sobre posibles víctimas del nuevo ataque. El recrudecimiento de las hostilidades en el norte de Bosnia es un reflejo de la actitud crecientemente ofensiva de la Armija ante los serbios en diversos puntos de las líneas del frente.
En Brcko, las granadas de mortero lanzadas por las fuerzas bosnias el miércoles mataron a una mujer embarazada y dos niños y causaron heridas a otras 13 personas. Este ataque ha sido interpretado en medios militares de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) como el último ejemplo de la determinación del Ejército bosnio "especialmente activo en este momento", según un oficial de la ONU.
Al margen de los refuerzos de infantería y el descubrimiento de seis piezas de armamento pesado el pasado lunes en el monte Igman, cerca de Sarajevo, los bombardeos forman, parte del paisaje cotidiano en, el frente de Bosnia central. "Nos encontramos en una situación en la que los bosnios están desplegando tropas que hasta ahora estaban inactivas en los frentes croatas", manifiestó un oficial de Unprofor. "Es la consecuencia militar del acuerdo de Washington", firmado en marzo que prevé una federación entre croatas y musulmanes y que ha colocado, según dicho oficial, "a los serbios a la defensiva".
Precisamente ayer los negociadores croatas y musulmanes alcanzaron un acuerdo en Viena sobre su futura relación en Bosnia-Herzegovina, según anunció el primer ministro bosnio, Haris Siladzic, quien manifestó: "Hemos firmado un acuerdo para las fronteras externas de la federación y las fronteras internas de los cantones. Es un gran paso para una solución general de paz para la república de Bosnia-Herzegovina y todos deben participar en ella". El acuerdo prevé ocho cantones, dos bajo mando croata, cuatro bajo musulmán y dos paritarios (en Mostar y en Bosnia central). El presidente de la república será un croata y el primer ministro, un musulmán. De los 17 ministerios, seis estarán ocupados por croatas y el resto por musulmanes.
Cumbre en Ginebra
Los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, Rusia y cinco miembros de la Unión Europea (Reino Unido y Francia y los tres actuales miembros de la troika comunitaria: Bélgica, Grecia y Alemania) celebrarán mañana una cumbre en Ginebra para relanzar el maltrecho proceso de paz en Bosnia-Herzegovina, según revelaron ayer fuentes diplomáticas.
La cumbre, convocada a propuesta de Washington, durará un día, y forma parte de una nueva iniciativa de las superpotencias para intentar encontrar una solución negociada para el conflicto balcánico.
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