La llegada de policías palestinos a Gaza abre el traspaso de poderes

Fueron recibidos como héroes y se convirtieron en él más visible símbolo de la independencia de Palestina tras 27 años de ocupación militar israelí. Más de 150 policías palestinos cruzaron ayer desde Egipto al pueblo de Deir al-Balah, en la franja de Gaza, con. radiantes sonrisas, fusil al hombro e instrucciones secretas bajo. el brazo. Inauguraron lo que se perfila como un desplazamiento por goteo. Fueron los primeros efectivos del contingente de 9.000 hombres armados leales a Yasir Arafat, el presidente de la Organización para la Liberación de Pálestina (OLP).

Este bucólico pueblo de 40.000 habitantes en el sur de la franja, con un campo de refugiados al lado, probablemente entrará en los libros de historia palestina como el primer territorio liberado de la ocupación israelí. No por la fuerza de las armas, sino por las conveniencias políticas del Gobierno de Isaac Rabin y la OLP de Arafat.Seguramente registrarán el nombre de Zohdi Yadalah, un ex guerrillero de 55 años que condujo el primer jeep del convoy de palestinos armados que pasó bajo las narices de las tropas israelíes poco después de las tres de la mañana.

La hora de la movilización sólo reflejó uno de los empeños de Israel por impedir que el ingreso de la policía se convirtiera en un festival nacionalista. Y en eso erraron los israelíes.

La primera misión del contingente palestino fue tomar posesión. del antiguo cuartel de la policía israelí y el espectáculo que ofrecía el pueblo a mediodía invitaba a una reflexión. irónica. Centenares de jóvenes agitando banderas pugnaban por entrar al mismo recinto que durante años inspiró tanto miedo y del que muchos habrían dado la vida por salir. Querían abrazar y besar a su compatriotas. Les arrojaban flores, les ofrecían fruta.

A la entrada del cuartel, parado sobre un puesto de vigilancia con el aplomo de un astro de cine, un fornido centinela llamado Jamal Husein estaba atónito. "Este es el día más feliz de mi vida", dijo el joven. "Ahora somos los palestinos los que controlaremos nuestro destino".

Categórica como suena, la declaración puede ser un tanto apresurada. Ayer, negociadores palestinos e israelíes continuaban discutiendo lo que se definía eufemísticamente como "detalles técnicos" del desplazamiento de la policía palestina. Al paso que han ido las cosas, la operación -técnicamente la entrega de las labores de seguridad a manos palestinas- puede durar una semana más.

Gestos simbólicos

En Jericó todavía no ha entrado un sólo policía, aunque se han hecho gestos simbólicos como la entrega de oficinas públicas a un comité conjunto palestino-israelí, la antesala de la transferencia formal de poderes el próximo día. El Gabinete israelí aprobó ayer ese paso, acordado hace ocho días en El Cairo y que pone finalmente en marcha el proyecto de autonomía en Gaza y Jericó.

"Este es un momento histórico", declaró el comandante de la, policía palestina en Gaza, general Mahmud Asfur. Ninguno de los policías pareció inmutarse cuando militantes palestinos dipararon sus fusiles al aire en señal de festejo. Cuando a un oficial se le preguntó qué iba a hacer la policía ante la presencia de elementos armados, la respuesta fue diplomática, pero al mismo tiempo debió preocupar a los israelíes. "Tienen derecho a andar armados porque han estado bajo la ocupación. Pero ahora trabajaremos de una manera organizada para imponer el control", dijo.

Eso está, por supuesto, por verse. En Gaza hay infinidad de armas, muchas de ellas en manos de las fuerzas rivales de Arafat.

Otro factor que puede atrasar nuevamente los planes es el hecho de que Yasir Arafat todavía no ha formado el gabinete de la futura Autoridad Nacional Palestina (ANP). Descontentos con las erráticas políticas de Arafat, muchos notables le han dado la espalda.

Hasta ayer, cuando Arafat inauguró en Túnez una sesión especial para designar a sus ministros, solo se conocían los nombres de tres palestinos que supuestamente han aceptado embarcarse en el arriesgado proyecto de Arafat.