Grandes y pequeños comercios acentúan su enfrentamiento ante la ley del sector

Grandes y pequeños comerciantes mostraron ayer en la comisión de economía del Congreso su alto grado de enfrentamiento ante el proyecto de ley de comercio, que elaboró el grupo de CiU y que se halla en el Parlamento. El presidente de la Confederación Española de Comercio Minorista (CECOMA), Salvador Santos Campano, defendió la ley porque la "situación del pequeño comercio es desesperada".Al final de su intervención, Santos Campano dijo que pedirá la dimisión del presidente de Consejo de Cámara de Comercio, Guillermo de la Dehesa, por "defender descaradamente los intereses de los grandes centros comerciales. Ha olvidado los intereses de los 376.000 pequeños comerciantes de nuestra organización que pagamos la cuota a las cámaras. Además, pediré que se deje de pagar esa cuota a partir de ahora".

De la Dehesa apostó por una libertad total de horarios y dijo que la ley del comercio más que reguladora y limitadora de la actividad comercial debe ser de promoción de esta actividad y de modernización del sector. A su juicio, el sector debe modernizarse aunque para ello necesite tiempo y pronosticó que "buena parte del pequeño comercio tenderá a desaparecer".

Santos Campano afirmó, en respuesta a la iniciativa de algunos grandes centros que recogen firmas en apoyo de la libertad de horarios: "Nosotros hemos hecho lo mismo, pero para restringir horarios". El presidente del comercio de la patronal Cepyme, Felipe Maestro, afirmó que "por cada firma que consigan las grandes superficies, nosotros conseguiremos tres". Maestro apostó por la regulación comercial y aseguró que desde el decreto Boyer de 1985 se han perdido un millón de empleos en el sector.

José Serrano, presidente de Anged, organización que representa a los grandes centros comerciales, se mostró contrario a las restricciones por entender que es un paso atrás, mientras que Fernando Ramos, de la Asociación de Centros Comerciales, recalcó que la restricción de horarios traerá despidos y caminamos al contrario de Europa.