Carmen Mestre dimite forzada por la denuncia de su mala gestión y la falta de apoyo político

No resistió el segundo embate. Carmen Mestre, presidenta de Cruz Roja Española desde 1990, no contó esta vez con el apoyo incondicional de la ministra de Asuntos Sociales, que le admitió la dimisión. Mestre dimitió a última hora de la mañana de ayer, tras comprobar la ausencia de apoyos políticos, después de que este periódico publicara una información que desvelaba las graves discrepancias de la empresa auditora Ernst & Young con las cuentas oficiales de la institución. EL PAIS también añadía nuevos datos de la permuta por la que se deshizo de la sede central de Cruz Roja y la venta de un nuevo edificio realizada, según expertos inmobiliarios, por debajo del precio de mercado. Carmen Mestre sabía desde hace doce días que este periódico estaba investigando sobre su gestión y, pese a las reiteradas llamadas para conocer su versión, se había mantenido en el más completo silencio.Fuentes oficiales confirmaron ayer a EL PAÍS que Cristina Alberdi estaba descontenta de la gestión de Mestre. La ya ex presidenta de la Cruz Roja había sido nombrada por Matilde Fernández, con la que le une una buena amistad. Alberdi dijo ayer que "los datos publicados se corresponden con las dificultades de una entidad de estas características". Pero añadió: "Puede ser que valoremos la necesidad de hacer una auditoría".

Luis Ramallo, del Partido Popular, anunció que propondrá la creación de dos comisiones de investigación: una sobre Cruz Roja Española y otra sobre la Caja Postal. Esta entidad bancaria, que ahora forma parte de la corporación Argentaria, concedió un crédito hipotecario de 2.937 millones de pesetas sobre el edificio de Cruz Roja, que cuatro días antes había vendido Carmen Mestre por 1.594 millones de pesetas. IU también pidió una auditoría. Carmen Mestre había sido hasta 1988 secretaria general de comunicaciones y presidenta de la Caja Postal, cargo en el que no era ejecutiva.

Según publicaba ayer EL PAÍS, las auditorías disponibles de los tres últimos años de Cruz Roja -las correspondientes a los ejercicios de 1990, 1991 y 1992- reflejaban irregularidades importantes en la gestión de la entidad.

Carmen Mestre, que ha rehusado en todo momento hablar con este periódico, emitió ayer un comunicado asegurando que "presiones y juicios con fines ajenos a la actividad que debo llevar adelante hacen que considere dificil lograr una eficacia completa de mi actuación".