Miguel Bosé se lanza a la conquista del mercado musical francés

Miguel Bosé actuó anoche en el Olympia, la célebre sala parisina, con un objetivo entre ceja y ceja: hacerse por fin con un hueco en el mercado francés, el único de habla latina que se le ha resistido hasta ahora. El artista español afirmó, en una rueda de prensa celebrada poco antes de salir al escenario, que el público francés le interesaba especialmente. "Este es uno de los públicos más difíciles del mundo, pero es también de los más fieles. Se parece un poco, en eso, al mexicano. Si consigues entrar, te quedas".

Bosé no es un desconocido en Francia. Al contrario, es relativamente popular como actor. Su papel en Tacones lejanos, de Pedro Almodóvar, le abrió las puertas de un cine para el que acaba de hacer tres películas consecutivas. La última, La reina Margot, en la que comparte reparto con Isabelle Adjani. La reina Margot, dirigida por Patrice Chéreau sobre una novela histórica de Alejandro Dumas, será uno de los platos fuertes del próximo festival de Cannes.

De lo que se trata ahora, según Bosé, es de hacer saber que además de actuar, canta. "Yo, en la música de aquí, no tengo mercado para nada", señaló. "Vamos a ver si, apoyándonos en el cine y con una campaña de promoción radiofónica, podemos abrirnos un hueco".

Apoyo al PSOE

La actuación en el Olympia es el punto de partida del intento de conquista, que durará todo el verano. No habrá más conciertos, sólo televisión y radio. El último disco de Miguel Bosé, Bajo el signo de Caín, aparecido en España hace un año, será el centro de la operación promocional. El cantante no descarta la regrabación, en francés, de alguno de los temas del disco: "Fueron 14 años de clases en el Liceo Francés de Madrid; espero tener la ocasión de amortizarlos" ironizó.A Bosé se le preguntó sobre su público apoyo al PSOE, en vísperas de las elecciones de 1993, y sobre si lo lamentaba. El cantante dijo que no, y razonó su respuesta: "Fue algo completamente personal y, por supuesto, no sabía lo que iba a suceder después. En cualquier caso, está muy claro que cualquier partido que llegue al poder tendrá problemas similares con la corrupción. El poder corrompe mucho. Tal vez los próximos serán más hábiles, conseguirán hacerse con más dinero dejando menos pistas y será más dificil pillarles. Lo importante ahora, creo, es mantener la serenidad. Con todo lo que está ocurriendo, los españoles tenemos la ocasión de recibir una lección muy útil de educación política".