De la cárcel al poder
Al tiempo que Nelson Mandela y Frederick W. de Klerk negociaban en Pretoria el traspaso de poderes y la composición del futuro Gobierno central, los aspirantes a ministros principales de las nueve provincias autónomas de Suráfrica pactaban con el Partido Nacional (NP) el reparto de carteras en sus respectivas áreas con excepción de Kuazulu Natal. Prácticamente todos los nuevos jefes de Gobierno provincial del ANC tienen una historia de cárcel y exilio.De los nueve candidatos del ANC a dirigir las provincias, sólo el reverendo Allan Boesak evitó la cárcel, tal vez por ser jefe de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas. Boesak hizo campana para que el apartheid fuera declarado herético y ayer acordó con el ministro del Interior saliente y futuro responsable del Cabo Occidental, Hernus Kriel, el reparto de carteras en ese Ejecutivo: seis carteras para e NP, cuatro para el ANC.
En las demás provincias, con excepción de Kuzulu-Natal, donde parece que Jacob Zuma va a superar a su rival del Partido de la Libertad Inkatha, los mandamases provinciales pronto ocasión de rememorar desde el confort del poder el camino andado por clandestinidad, cárcel y exilio.
El triunfo más arrollador del ANC parece que se producirá en Transvaal del Norte, donde tomará el poder el poeta-político Ngoako Ramatlhodi, que conoció el exilio. En el Cabo Oriental será ministro principal Raymond Mhlaba, que pasó 25 años en la cárcel.
Popo Molefe, de la generación protagonista del levantamiento de Soweto en 1976 y antiguo preso, gobernará en el Noroeste, y Patrick Terror Lekota, que conoció la cárcel de Robben Island, dirigirá el Estado Libre de Orange. El mote de Terror no procede de la política, sino de su modo de emplearse como defensa en un equipo de fútbol. En el Transvaal Oriental gobernará el que fue exiliado Mathews Pliosa, y en el Norte del Cabo será ministro principal, salvo alianzas en contra, Manne Dipico, de 35 años, que fuera enviado a la cárcel en 1987. La provincia de PWV, donde está Johanesburgo, será controlada por Tokyo Sexwale, quien pasó 13 años en Robben Island.
