Parados en el trabajo
Los empleados de Santana volvieron a la fábrica temiendo por el cierre
El desánimo no se podía esconder en el rostro de los 2.400 trabajadores de Santana Motor que ayer se reincorporaron a sus puestos de trabajo, después de haber estado dos meses sin acudir a la factoría debido a los dos expedientes de regulación de empleo que han estado vigentes. A las seis de la mañana volvían a sus puestos pero paradójicamente, no para trabajar. El comité de empresa de la fábrica de Linares (Jaén) calcula que sólo 300 personas tienen una ocupación real. El resto, como comentaba Andrés Maldonado, de CC OO, "no tendrá más ocupación que la de contarse las batallas de los últimos 75 días".La fábrica, filial de Suzuki, estaba ayer en las mismas condiciones en que los trabajadores la dejaron hace dos meses, pero con más polvo. Por eso, todos aquéllos a los que no les fue asignado un trabajo directo, se dedicaron a poner a punto la maquinaria, a limpiar y a engrasar.
Los que más ocupación tenían eran los empleados en las oficinas, los de mantenimiento y los de utillaje. El taller de prensa y el mecanizado podían hacer alguna que otra cosa, mientras que el resto de la mano de obra directa buscaba qué hacer durante las ocho horas de jornada laboral.
En la factoría de Linares hay ahora 190 coches casi prácticamente montados, explicó Pedro Pérez, responsable de UGT en el comité de empresa. Sobre ellos se empezó a trabajar ayer. Existen además otros 165 que esperan la llegada de algunas de las piezas que faltan para estar acabados. Antes de finales de mayo, unos 500 vehículos del modelo Vitara y otros 100 Samurais podrían estar listos.
"Para que estos vehículos se puedan terminar hace falta que la dirección ponga en marcha las peticiones de piezas a las empresas auxiliares y que lleguen los repuestos que deben mandar desde Japón", advertía Andrés Maldonado, miembro del comité de empresa de Santana.En eso es en lo que no terminan de confiar los sindicatos ni los trabajadores. Temen que esta vuelta al trabajo no sea más que una mera cortina de humo que oculte detrás la intención de un cierre patronal.
A pesar de estos temores, a lo que realmente tienen miedo es al expediente de extinción de 1.500 contratos planteado por la dirección, sobre el que tiene que decidir la Junta de Andalucía en los próximos días.
El comité de empresa ha decidido no desbloquear la salida de los 850 vehículos que se encuentran almacenados en la fábrica, pero han realizado una oferta a la dirección para resolver la situación.
A pesar de la vuelta a la fábrica, los trabajadores no han dejado de lado las movilizaciones. El viernes se trasladarán hasta Sevilla para protestar en el acto de presentación de la candidatura de Manuel Chaves como presidente de la Junta de Andalucía. El fin de semana varios grupos acamparán frente al Palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía.
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