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El Papa es operado de una fractura del cuello del fémur tras caer por segunda vez en cinco meses

El papa Juan Pablo II fue operado ayer durante dos horas y media en la clínica Gemelli, de Roma, donde le fue implantada una cadera artificial para remediar la fractura del cuello del fémur que sufrió en la noche del pasado jueves, al resbalar cuando salía de la bañera. Según los médicos, este accidente no guarda relación con la caída que el Pontífice, de 73 años, sufrió ennoviembre, y la operación de ayer fue "un éxito". Pero la perspectiva de una larga convalecencia ha dado pie para que vuelva a plantearse la hipótesis de una dimisión del Pontífice, que la prensa había aireado.

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Una fractura ligada a la edad

"Ayer, jueves 28 de abril, hacia las 23.00 horas, el Santo Padre Juan Pablo II resbaló accidentalmente en el cuarto de baño de su apartamento. Asistido por su médico personal, el doctor Renato Buzzonetti, y por otros médicos especializados de la dirección de los servicios sanitarios de la Ciudad del Vaticano, el Papa fue sometido a un examen radiográfico que reveló una fractura transcervical subcápita completa del fémur derecho".Este escueto comunicado, leído sobre las diez de la mañana de ayer -minutos antes de que el Papa ingresara en el Gemelli- por el director de la sala de prensa vaticana, Joaquín Navarro Valls, fue la primera noticia de que Karol Wojtyla había sufrido una nueva caída. El pasado 11 de noviembre, durante una audiencia pública, el Pontífice rodó por las escaleras y se dislocó un homóplato y tuvo que ser también operado.

El nuevo accidente fue presentado por Navarro como un hecho sencillo: tras tomarse un baño, el Papa se alzó descalzo, con los pies mojados, y resbaló. Los médicos, que le atendieron inmediatamente, le vendaron y, como la intervención quirúrgica no es urgente en estos casos, le dieron un sedante para que descansara algunas horas en su lecho.

Antes de ingresar en la clínica a las 10.28 horas de ayer, añadió Navarro, el Papa celebró misa sentado en sus aposentos ante sus dos secretarios. Juan Pablo 11 estaba "de buen ánimo". Uno de los doctores que le recibieron en la clínica dijo que su humor era el de ', cualquiera que, teniendo un montón de compromisos, de repente se ve bloqueado".

Compromisos cancelados

Juan Pablo II hubiera tenido que iniciar ayer mismo una visita a Sicilia; la próxima semana, esperaba al canciller alemán, Helmut Kohl, en el Vaticano; el 8 de mayo, tendría que haber clausurado el Sínodo Africano; el 9 y el 10 del mismo mes debería haber presidido un consistorio de preparación del año 2000, al que han sido convocados los cardenales de todo el mundo; entre el 13 y el 15 de mayo, tenía programado un viaje a Bélgica; el 4 de junio, en Siena debía clausurar el Año Eucarístico italiano.

Todos estos compromisos quedan anulados o en el aire, por una hospitalización "de dos o tres semanas", según dijo Navarro tras la operación, y una larga recuperación hasta que la prótesis metálica se articule de nuevo. "Excluyo del modo más absoluto que haya perdido la conciencia o haya sufrido un desmayo, ni antes ni después de la caída", insistió especialmente Navarro, mientras el Papa esperaba el ingreso en el quirófano. Esta afirmación tiende a descartar que el reciente deterioro de la salud del Papa responda a una enfermedad crónica del aparato circulatorio o de otro tipo. La fractura del cuello del fémur que sufrió ayer es un accidente característico de la tercera edad.

"El hueso se puede incluso fracturar antes de que la persona caiga por tierra, como consecuencia de un movimiento brusco de rotación", explicó ayer Giovanni Assenato, catedrático de Ortopedia de la Universidad La Sapienza de Roma, que destaca dos factores determinantes de estas roturas del cuello del fémur: la osteoporosis creciente y la reducción del tejido conectivo asociadas al envejecimiento.

La hipótesis de una renuncia en vida al papado por parte de Juan Pablo 11 se debe, sobre todo, al hecho de que él mismo ha considerado con frecuencia que las visitas apostólicas son un elemento fundamental de su pontificado, y a la constatación de que su estado físico es cada vez menos adecuado para los viajes. El Código Canónico prevé la sustitución de un Papa en vida sólo en el caso de que se vea totalmente imposibilitado por desarrollar su misión. Pero San Celestino V, en 1294, introdujo el derecho del Papa a dimitir. Él lo hizo para sustraerse a las insoportables presiones de los señores medievales.

Llegado al Pontificado con apenas 58 años, bastante menos que los de sus predecesores desde Pio XII, la naturaleza fuerte de Karol Wojtyla se ha deteriorado por los viajes y por el atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981, hasta traducirse en un historial médico que sumaba ayer un récord de 106 horas de hospitalizaciones.

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