El 'comando Barcelona' guardaba 50 kilos de explosivos en dos pisos francos
El comando Barcelona de ETA, cuyo jefe -Felipe San Epifanio, Pipe- fue capturado anteayer en un bar de Barcelona, almacenaba 50 kilos de explosivos en dos pisos francos cerca del templo de la Sagrada Familia, un material suficiente como para preparar tres coches bomba, según la policía. Los etarras estaban preparando un espectacular atentado consistente en una explosión al paso de un vehículo oficial. Las fuerzas de seguridad dispusieron ayer controles en las carreteras para tratar de localizar a los tres terroristas que lograron escapar del cerco policial tras la detención de Pipe.
La Guardia Civil empezó a realizar controles en las carreteras catalanas a las 22.30 del jueves, nueve horas después de que San Epifanio, ex miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, fuera detenido al ser advertida su presencia en un bar de la Barceloneta, el barrio marítimo de Barcelona. El gobernador civil, Jaume Casanovas, restó importancia a la demora al minimizar la eficacia de este dispositivo. La policía y la Guardia Civil, que disponían de buenas pistas, tenían previsto iniciar el próximo lunes una operación conjunta para capturar al comando etarra.La policía irrumpió la noche del jueves en los dos pisos francos que ETA tenía en Barcelona, en la calle de Padilla y en la de Aragó, muy cerca de la Sagrada Familia. Los agentes establecieron un amplio dispositivo en torno a las dos viviendas para capturar al resto de los etarras, pero éstos, alertados porque no se produjo la llamada de seguridad de Pipe o al enterarse de la noticia por radio, lograron huir. Los tres compañeros de Pipe son: Dolores López Resino, Lola, una veterana que ya participó en el segundo comando Barcelona y en el Mugarri, con base en Santander, y que logró escapar de la policía en dos ocasiones, y Gregorio Vicario Setién y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares, ya fichados, que pasaron a la clandestinidad tras la desarticulación de otros comandos.
Placa policial
El material intervenido en Barcelona incluía 50 kilos de explosivos: 40 de amosal, 9 de amerital y casi otro kilo de otra sustancia no especificada. Los etarras disponían de media docena de ollas de cocina industrial para preparar bombas, una de las cuales, a medio elaborar, tuvo que ser desactivada por los artificieros. La existencia de ese artefacto -una gran olla en la que se había introducido una papelera- hace pensar a los investigadores que los terroristas estaban ultimando otra acción. Muy posiblemente, según fuentes policiales, proyectaban un espectacular atentado en Barcelona al paso de un vehículo oficial. Miembros de la lucha antiterrorista analizaban ayer la documentación hallada en una de las viviendas.Los etarras tenían en su poder una pistola automática -se ignoraba ayer si fue la que Pipe utilizó para matar al coronel Leopoldo García Campo el pasado 7 de febrero-, así como una metralleta. El etarra tenía una placa policial falsa, en la que figuraba una foto suya con bigote. En un pequeño estuche fueron encontrados varios bigotes postizos. En una de las viviendas se halló también un tubo igual a los empleados a modo de lanzagranadas el pasado día 18 en el atentado contra el Gobierno Militar, que causó la muerte al transeúnte Vicente Beti, de 42 años.
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